Portugal ganó a Dinamarca en un partido en el que, curiosamente, los lusos exhibieron más sombras que luces. La selección de Paulo Bento estuvo imprecisa y errática pero tuvo la fortuna de cara para ponerse con un 0-2 pasada la media hora de partido. Los portugueses se aprovecharon de la descomposición de Dinamarca tras la lesión de Zimling, el termómetro danés en el medio campo, y, sin grandes alardes, firmaron dos goles gracias a un remate de cabeza de Pepe (en el minuto 24) y un disparo de Hélder Postiga (35), que supo aprovecharse de un buen centro raso de Nani.

Con la ventaja en el marcador, los portugueses se durmieron y los daneses trabajaron, con ahínco, para volver a encontrar el norte. En el minuto 40, un remate de cabeza de Bendtner premiaba el esfuerzo de Dinamarca y en el 79, nuevamente Bendtner y otra vez con la testa, obraba la remontada. El segundo gol danés ahondó, aún más, en las miserias tanto de Portugal como de Cristiano Ronaldo que, previamente, había fallado dos ocasiones clarísimas. En el minuto 48, disparó al ‘muñeco’ en un uno contra uno con Andersen y en el 78 volvió a fallar estando solo ante el portero danés.

Fueron dos errores incomprensibles para un jugador de la talla de Cristiano Ronaldo, quién parece superado por la responsabilidad que conlleva liderar a la selección de su país. A lo largo de todo el encuentro, CR7 se mostró perdido y fallón y no tomó el mando de una Portugal desangelada y necesitada de un timonel. Para que Cristiano Ronaldo lo sea, tendrá que desprenderse de la presión y recuperar la versión de la que hace gala en el Real Madrid, donde no comete fallos tan flagrantes.

Para su fortuna, en cualquier caso, Silvestre Varela, quién entró en el terreno de juego en el minuto 83, marcó, en el 86, el gol de la victoria de una Portugal que sigue muy viva en esta Eurocopa. Ahora, sólo falta que recupere su mejor imagen y que Cristiano Ronaldo ejerza de líder. Tal y como se espera.