En el país hay 2.282.006 madres, de ese total tres de cada diez son jefas del hogar, es decir, 789.225 (34,6%) mujeres trabajan para mantener solas a su familia, según el INE. Al celebrarse el Día de la Madre, el Gobierno dispuso para hoy tolerancia a favor de ellas.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre los censos 2001 y 2012 el porcentaje de jefas del hogar aumentó en más del 6%. En los 11 años de intervalo, el número de madres jefas del hogar llegaba a 512.191, en 2012 la cifra fue de 789.225 (ver infografía).
La migración interna o externa del esposo o concubino, el abandono durante la gestación, el divorcio, la viudez o porque ella es la única que puede generar ingresos para al hogar debido a que su pareja no encuentra trabajo o presenta una enfermedad, son algunas de las probables causas, señaló la activista por los derechos de las mujeres, Patricia Bráñez.
“Son diversos los factores para que una mujer se convierta en jefa del hogar; si bien en el censo de 2001 las mujeres indicaron que la ganancia de su trabajo era solo un apoyo para el hogar, en 2012 la situación cambió debido a que ellas realmente se consideran las jefas del hogar porque con su salario mantienen su casa”, indicó. La Razón conversó con tres jefas del hogar, quienes relataron cómo se ganan el sustento diario para sacar adelante a sus hijos.
Según los datos del Censo 2012, las madres jefas del hogar asumen este rol desde los 15 años, en algunos casos, y se quedan con esa responsabilidad incluso hasta que pasan los 50 años. Además, el número de este grupo se incrementa conforme pasan los años. Respecto a departamentos, La Paz tiene el mayor número de jefas del hogar, con 39%, y el de menor cantidad es Pando, con 23,7%.
Superación. El INE también devela que en los últimos 11 años el nivel de analfabetismo disminuyó en las madres y que aumentó el grado de instrucción educativa y la variedad de trabajos. Para el Censo 2001, la tasa de analfabetismo de las madres llegaba a 24,3% y el promedio de años de estudio alcanzaba a seis. Este nivel tuvo un significativo cambio para 2012, año en el que se registró 10,3% de analfabetismo y un promedio de ocho años de estudio para este sector poblacional.
La comparación entre 2001 y 2012 también muestra un incremento en el nivel de instrucción alcanzado. Hace 11 años se registró el 10% de madres que llegó al nivel secundario y 5%, a la formación superior; pero en 2012, el 35% de ellas alcanzó el nivel secundario y 15%, el nivel superior.
Así también se observa un incremento en las madres dentro de una actividad laboral, pues la cantidad subió de 46,6% a 58,7%. Al respecto, y en homenaje a las madres trabajadoras, el Ministerio de Trabajo emitió un instructivo en el que dispone tolerancia a partir del mediodía para las mamás activas laboralmente.
“Para este 27 de mayo, el Ministerio de Trabajo dispuso tolerancia para todas las madres que trabajan en el sistema público, a partir de las 12.30”, declaró a este medio el titular del área, Daniel Santalla.
La autoridad especificó que como cada año, su despacho emitió el comunicado 008/14, para beneficiar a madres de instituciones públicas. En el caso del sector privado, se deberá aplicar la determinación por acuerdo entre partes, considerando sus necesidades y modalidades de trabajo.
Actividades para hoy
Médicos de La Paz
Los profesionales del Colegio Médico de La Paz continuarán dando atención gratuita a las mamás en nueve especialidades médicas, además de pruebas de papanicolau. La actividad se apoya con los exámenes de laboratorio y entrega de algunos medicamentos a mitad de precio. Hoy se otorgará a las mamás regalos sorpresa y la actividad social culmina mañana.
Salud visual gratuita
El Instituto Nacional de Oftalmología (INO) dará atención gratuita a las mamás de todas las edades en salud visual, es decir, el control de la vista, medición de lentes, detección de enfermedades oculares, entre otras. Las consultas externas atenderán a partir de las 08.30 en el complejo de Salud de Miraflores.
Hospital Juan XXIII
El hospital Juan XXIII concluyó con éxito su campaña de atención gratuita para las mamás y los hijos menores de cinco años, en las especialidades de pediatría, ginecología, medicina interna, medicina general, odontología, entre otras. Más de un centenar de madres, junto a sus hijos, demandaron más la especialidad de Ginecología, seguido de Pediatría y Odontología.
Obsequios para ellas desde los Bs 2
Ana Ramírez
Gracias a la lucha de las mujeres cochabambinas, quienes al ver morir a sus padres, hermanos y esposos se sumaron a la lucha por la independencia en la Batalla de la Coronilla del 27 de mayo de 1812, hoy se homenajea a las madres bolivianas. En la actualidad hay una gama variada de detalles y regalos.
La fecha para festejar a las mamás fue ratificada el 8 de mayo de 1927, a través de la Ley del Día de la Madre, durante el gobierno de Hernando Siles. Desde entonces, diferentes muestras de afecto le son entregadas.
En la actualidad, esta conmemoración causa la aglomeración de comerciantes en diferentes puntos. En las calles de La Paz se encuentran tarjetas desde Bs 2 hasta Bs 10, cajas de chocolates de Bs 15, 25, 50 y 70, ramos de flores naturales de Bs 25 y artificiales de Bs 15, tazas de vidrio con mensajes personalizados a Bs 10.
También almohadas con dedicatorias especiales a Bs 20, joyeros de cartón y tela a Bs 12, y globos con diferentes diseños y tamaños desde Bs 5 hasta Bs 15.
Este año, uno de los materiales más utilizados para los presentes hechos a mano es la goma eva debido a que “es económica, viene en muchos colores, se puede moldear fácilmente y permite ser más creativo en el diseño”, explicó Amanda Quezada, vendedora de la calle Comercio.
Las flores de este material, que se asemejan a las reales, son una de las novedades; su precio está entre Bs 10 y 15, también hay portalapiceros a Bs 10 y tarjetas con distintos diseños al mismo precio. “Lo que más sale ahora son los regalos de goma porque el material dura más, la venta va bien, pero aumentará el mismo Día de la Madre”, dijo Sofía Colque, una de las comerciantes de El Prado.
‘Recibir el cariño de mis hijos es el mejor regalo en cada jornada’
Ana Ramírez
“Cuando mi novio se enteró de que estaba embarazada, me abandonó, pero en vez de llorar me dije a mí misma: si salí adelante con un hijo, podré hacerlo con dos”, cuenta con orgullo Luciana Rodríguez, de 30 años y vendedora de dulces del mercado Lanza.
A sus 19 años dio a luz a su primer retoño, pero el papá del niño la dejó con la excusa de que viajaría por cuestiones de trabajo. Siete años después tuvo una niña y el padre de ésta la rechazó, y abandonó el hogar sin decir nada.
Luciana no se deprimió sino que se llenó de valor para trabajar y mantener a sus hijos, y no hacer caso a los comentarios negativos que escuchaba por ser madre soltera. La dedicación y cariño que Luciana le brinda día a día a su familia la convierten en “jefa del hogar”. “Creo que no es muy necesario que mis hijos tengan una figura paterna porque me tienen a mí, yo les ayudo y oriento, y me saco tiempo para compartir con ellos”, expresa.
Su jornada de lunes a sábado comienza a las 09.00, cuando llega al mercado; a las 11.30 regresa a casa para cocinar y almorzar con su familia. A las 15.00 vuelve al trabajo para quedarse hasta las 22.00. “Lo más lindo es cuando mis hijos despiertan y me abrazan, o cuando llego cansada del trabajo y me frotan la espalda, el cariño que tendría que ser también para el padre se queda solo para mí”, expresa.
Luciana reconoce que su negocio no le alcanza para mantener a la familia, por lo que en su tiempo libre hace artesanías para vender en las ferias. “Afortunadamente tengo el apoyo de mis padres y mis hijos me tienen a mí, con eso basta. Ellos están conscientes de que todo mi sacrificio es para ellos, no los dejaré solos”, dice.
‘Mis padres nunca me recriminaron; hicieron que me sienta orgullosa’
Ana Ramírez
“Me enamoré y fui madre a mis 18 años, el papá de mi hijo no vive conmigo y solo me da un paquete de pañales cuando se acuerda. Por eso le demostré que yo sé trabajar y puedo mantener sola a mi bebé”, dice Mariana Álvarez, vendedora ambulante de la zona central El Rosario. Dejó sus estudios para hacerse cargo de su hijo, que ahora tiene seis meses, y no duda al afirmar que una figura paternal no es imprescindible en el hogar.
“Cuando uno vive con la pareja a veces empieza a discutir y eso puede desencadenar en violencia. Pienso que me va mejor estando sola, además puedo concentrarme solo en mi hijo y darle la atención que necesita”, comenta.
De lunes a domingo se levanta a las 06.00 para preparar su puesto ambulante, trabaja con su bebé en brazos hasta las 12.00, para después volver a casa y dar de comer a su hijo. Luego retorna a la jornada de trabajo hasta las 20.00.
“Cuando vendo chocolates y dulces en los micros dejo a mi hijo con mi madre, ella me apoya y nunca me ha recriminado por ser mamá soltera”, dice. Mariana asegura que el apoyo de sus padres fue fundamental para no decaer. “Gracias a Dios tengo un trabajo, que me da poco, pero por lo menos con él puedo alimentar a mi hijo. La comprensión de mis padres hizo que me sienta orgullosa de ser una jefa del hogar”, afirma.
Mariana muestra un poco de nostalgia al pensar en el colegio y su formación inconclusa, pero cuenta que cuando su bebé cumpla un año se inscribirá a una escuela nocturna para concluir sus estudios de secundaria. “Podemos salir adelante, no debemos rendirnos solo porque el marido se va, uno no depende del otro para criar a los hijos”, expresa.
‘Mi familia supo reconocer todo el sacrificio que hice por ella’
Ana Ramírez
“El padre de mis hijos me dejó por otra mujer, pero tiempo después, cuando vio que pude salir adelante sola, quiso volver. Yo lo necesitaba antes, pero ahora mi familia está muy bien”, cuenta Lidia Pérez, de 46 años y comerciante de ropa (de celeste en la fotografía).
A sus 19 años dio a luz a su primer hijo y hoy es madre de siete, cinco biológicos y dos adoptados. Lidia tuvo que trabajar de todo para mantener a su familia. “Vendía verduras, abarrotes y también trabajé haciendo pan para que nunca nos falte el alimento”, recuerda.
Con la ayuda de su madre pudo comprar un horno con el cual hacía pasteles para vender en las ferias. En la actualidad, ella es abuela, vende ropa y dice que ahora que sus hijos son grandes tiene tiempo para descansar, pues ellos la ayudan económicamente.
“Antes mi vida era muy ajetreada, no tenía tiempo ni para descansar. Me levantaba a las cuatro de la madrugada para hacer masitas y me iba a la feria de El Alto; en la tarde regresaba para hacer más pan y mis hijos siempre me ayudaban cuando regresaban del colegio. Ahora son jóvenes y me siguen colaborando”.
Lidia cuenta que sus hijos nunca la dejaron porque supieron reconocer su esfuerzo como madre y jefa del hogar. “Estoy feliz porque sé que soy el orgullo de ellos, siempre me dicen que otras madres los hubiesen abandonado y me agradecen por haberme preocupado siempre por la familia”.
Reconoce que durante un tiempo sintió la ausencia de una figura paterna para controlar el comportamiento de uno de sus hijos, pero con el tiempo el mayor de todos la ayudó a cuidar al resto de la familia.
Con su historia, Lidia busca transmitir un mensaje de fortaleza a otras madres. “Si un hombre nos deja, debemos salir adelante y no ahogarnos en un vaso de agua, porque al irse el marido no se lleva nuestras manos ni nuestros ojos. Yo sufrí mucho, pero eso me hizo más fuerte”, asegura.
La Razón