El presidente de Ecuador, Rafael Correa, arribó la madrugada de ayer al aeropuerto de Cochabamba y durante la mañana emitió su discurso ante la Asamblea General de la OEA, instalada en la localidad de Tiquipaya.
Correa dedicó su tiempo en denunciar la supuesta interferencia y oposición de entidades internas de la OEA como la Relatoría de Libertad de Expresión, y otras que según su criterio tratan a los gobiernos del grupo de ALBA “peor que a las dictaduras”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA fue parte de su crítica, tal como citó hace dos semanas el mandatario venezolano Hugo Chávez y el presidente boliviano Evo Morales hace 48 horas durante la inauguración del evento.
Correa, citó que de ocho comités dentro de la CIDH, sólo la Relatoría de Libertad de Expresión cuenta con informes y presupuesto independiente y por ello se ha convertido en “portavoz de los negocios dedicados a la comunicación”.
“El financiamiento de la Relatoría proviene en su mayoría de EEUU que no reconoce la comisión ni la convención y por ende tampoco a la Relatoría; y la Unión Europea que no es parte del sistema americano. Esta situación demuestra la hegemonía del capital que está entrando en los negocios de la comunicación”, dijo.
Como caso particular, el mandatario ecuatoriano recordó un episodio interno, donde la Relatoría se pronunció por el caso de difamación que presentó contra un medio impreso, por una columna de opinión que fue publicada y que tuvo duras críticas contra su persona. Sin embargo, Correa criticó por qué la entidad no asumió postura ante otro caso de violencia contra una periodista de la cadena informativa del ALBA. “Jamás se denunció el caso de la periodista Marianela Rodríguez, que casi fue asesinada a golpes por organizaciones opositoras al gobierno por el solo delito de ser corresponsal de Telesur”, denunció.
Correa dedicó su tiempo en denunciar la supuesta interferencia y oposición de entidades internas de la OEA como la Relatoría de Libertad de Expresión, y otras que según su criterio tratan a los gobiernos del grupo de ALBA “peor que a las dictaduras”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA fue parte de su crítica, tal como citó hace dos semanas el mandatario venezolano Hugo Chávez y el presidente boliviano Evo Morales hace 48 horas durante la inauguración del evento.
Correa, citó que de ocho comités dentro de la CIDH, sólo la Relatoría de Libertad de Expresión cuenta con informes y presupuesto independiente y por ello se ha convertido en “portavoz de los negocios dedicados a la comunicación”.
“El financiamiento de la Relatoría proviene en su mayoría de EEUU que no reconoce la comisión ni la convención y por ende tampoco a la Relatoría; y la Unión Europea que no es parte del sistema americano. Esta situación demuestra la hegemonía del capital que está entrando en los negocios de la comunicación”, dijo.
Como caso particular, el mandatario ecuatoriano recordó un episodio interno, donde la Relatoría se pronunció por el caso de difamación que presentó contra un medio impreso, por una columna de opinión que fue publicada y que tuvo duras críticas contra su persona. Sin embargo, Correa criticó por qué la entidad no asumió postura ante otro caso de violencia contra una periodista de la cadena informativa del ALBA. “Jamás se denunció el caso de la periodista Marianela Rodríguez, que casi fue asesinada a golpes por organizaciones opositoras al gobierno por el solo delito de ser corresponsal de Telesur”, denunció.
El Diario
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