Según la letrada, que se excusó de dar más detalles sobre los solicitantes, el proceso se inició en febrero de 2011, cuando éstos pidieron que su matrimonio "tuviera en Uruguay los mismos derechos y obligaciones que cualquier matrimonio heterosexual", y culminó este mes tras un largo periplo judicial.

En el momento de su presentación, la solicitud fue objetada por un tribunal que la consideró "improponible", pero una corte de apelaciones rectificó esa postura y otro juzgado en el que recayó la causa la resolvió finalmente a favor de los solicitantes.

Suárez, la primera abogada transexual de Uruguay, recordó que "históricamente nunca se había reconocido un matrimonio entre personas del mismo sexo" en la nación suramericana.

El argumento empleado hasta ahora contra esa medida era que "violentaba el orden internacional público del país, es decir, las bases que fundan la individualidad jurídica del Estado uruguayo".

Para la abogada ese argumento era "ridículo", sobre todo "a partir del ingreso al ordenamiento jurídico de la ley de unión concubinaria", que aunque "no es análoga al matrimonio, reconoce una forma de convivencia sin tomar en cuenta el sexo de sus componentes".

La nueva decisión, que en su opinión "tira por tierra cuarenta años de jurisprudencia", es además una "paradoja" porque permitirá que muchos uruguayos que ahora no pueden casarse en el territorio nacional viajen al extranjero para hacerlo y luego regresen para inscribir la unión en el registro civil local.

Entre los países de América Latina que aprobaron el matrimonio homosexual están la vecina Argentina y la capital de México, el Distrito Federal, mientras que en Brasil y Chile se está debatiendo la cuestión.

En Uruguay existe la unión concubinaria e incluso la posibilidad de que una pareja de homosexuales adopte a un niño, pero el proyecto de ley que puede permitir oficialmente los matrimonios homosexuales permanece parado en el Parlamento desde que fue presentado en mayo de 2011.