Por segunda vez dos países organizaban la Eurocopa. Austria y Suiza, dos combinados nacionales sin demasiado relumbrón aspiraban a pasar la primera fase en un torneo que no contó con la presencia de Inglaterra, al no poder superar a Croacia y Rusia en la fase de clasificación.

Las selecciones favoritas se clasificaron sin excesivos problemas para cuartos de final. Portugal hizo lo propio en el grupo A acompañada por Turquía. España venció en sus tres partidos del grupo D y junto con Rusia pasó a cuartos. Alemania no pudo contra Croacia en el grupo B y tuvo que conformarse con ser segunda, por detrás de los balcánicos. Y en el grupo de la muerte Francia fue la gran damnificada al quedar fuera en favor de Holanda e Italia, que pasaron de ronda como primera y segunda, respectivamente.

Los cuartos de final más emocionantes de la competición que se recordaban dieron comienzo con un Portugal-Alemania. Los germanos vencieron a los lusos por 2-3. Croacia y Turquía ofrecieron otro partido cargado de emoción en donde ambos conjuntos marcaron en la prórroga. Los penaltis dieron el pase a los turcos. España se cruzó con una de sus bestias negras, Italia. En un encuentro de gran rivalidad, el empate a cero condenó a ambas selecciones a los penaltis. Esta vez la suerte sonrió a España y el quinto lanzamiento de Cesc Fábregas daba el pase a los españoles. Y en el último partido de esta ronda la emoción tampoco estuvo ausente. Holanda empató en los instantes finales con gol de Ruud Van Nissterlrooy ante Rusia. En la prórroga, los rusos, que no eran favoritos, pasaron por encima de los holandeses anotando dos goles.

En las semifinales, los dos partidos disputados fueron muy diferentes. Alemania necesitó que Philipp Lahm anotase en el minuto 90 para vencer 3-2 a Turquía. Por su parte, España, que ya había vencido a Rusia en la fase de grupos, ganó con un gran fútbol por 3-0. Alemanes y españoles se citaban así en la final.

En el Ernst Happel de Viena (antiguo Prater) y ante más de 50.000 espectadores los españoles no sucumbieron ante el vendaval inicial de los teutones. Fernando Torres, en el minutos 33 marcó el gol de la final tras un fallo defensivo alemán. Luego, con el marcador a favor, los españoles jugaron a placer. España conseguía su segunda Eurocopa y eliminaba fantasmas del pasado, ganando 44 años después un torneo internacional absoluto.
El papel de España

Tras la decepción de la Eurocopa de Portugal, España tenía ganas de hacer un buen torneo. Desde el principio el juego español hacía intuir que esta vez el destino de La Roja podía ser diferente. Tras una primera fase brillante con tres victorias esperaba Italia en cuartos de final.

La selección española jugó mucho mejor que Italia, pero la capacidad defensiva de los italianos condenó el encuentro a los penaltis. En ese momento España cambió su historia. Con un Iker Casillas espectacular España rompió con la fatalidad que le perseguía en los grandes eventos. Rusia esperaba en semifinales.

Con la incomodidad de haberse enfrentado a los rusos en la ronda final, España no se confió, y venció 0-3 en un partido que se convirtió en el mejor de España en la Eurocopa. Xavi Hernández, Marcos Senna, Andrés Iniesta y David Silva llevaron el pase y el juego entre líneas a su máxima expresión.

En la final y sin el goleador David Villa por lesión, la experiencia alemana era el último paso para alcanzar la gloria. Alemania salió muy fuerte en los primeros minutos, pero Fernando Torres en una falta de entendimiento entre Jens Lehmann y Philipp Lahm conseguía el único gol de la final. España, con la mejor generación de futbolistas que se recordaba, ganaba la Eurocopa, demostrando ser la mejor selección del torneo. Una distinción unánime gracias al talentoso fútbol practicado por los pupilos de Luis Aragonés. .
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