Hace una semana atrás el rey de España, Juan Carlos I, de 74 años de edad, sufrió una caída accidental durante su estancia en África, situación que lo llevó a una fractura de cadera y por ende a una operación de emergencia, esta es una patología de creciente importancia en las personas de edad avanzada y de la cual vamos hablar hoy.
La fractura de cadera es frecuente a medida que se progresa en edad, calculándose que por cada cien mil personas, cerca de 100 sufren una fractura de cadera en un año. Si nos referimos a personas mayores de 80 años, casi un 3% han sufrido una fractura de cadera.
Factores de riesgo. Este mal es la fractura de la porción más próxima del hueso fémur, según explica el traumatólogo Roberto Pablo Villalta. Cabe señalar que estas articulaciones soportan todo el peso del resto del organismo, por lo tanto, son el apoyo imprescindible para poder caminar.
"Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture", dice el experto. "Podríamos separarlos en dos grandes grupos, siendo el primero la resistencia del hueso y el segundo, la energía aplicada a este para que se rompa", agrega.
La resistencia del hueso está determinada fundamentalmente por la masa ósea, es decir la cantidad de hueso de buena calidad, que tiene que ver con la densidad mineral que este contiene.
"Se estima que en la tercera década de la vida, se llega al máximo nivel de masa ósea, y de ahí en adelante se pierde paulatinamente hasta la menopausia, en el caso de las mujeres, y sobre los 70 años en los hombres, donde la pérdida es mucho más acentuada".
Prevenir en la tercera edad. "Sin embargo, en las personas mayores, tan importante como la calidad del hueso son los golpes que se le den a este", agrega el traumatólogo. Por eso las caídas, son un factor esencial en el riesgo de padecer fracturas de cadera y basta una pequeña cantidad de energía para que, en el contexto de un hueso poco resistente, se produzca la fractura.
El diagnóstico. Según indica Villalta, en general, el diagnóstico de la fractura no supone mayor dificultad, pues la persona no puede caminar, presenta intenso dolor al mover el miembro inferior afectado y este toma una posición de acortamiento y rotación hacia afuera. "En cualquier caso, y de todos modos, una caída debe ser valorada por un médico", enfatiza.
Tratamiento. Habitualmente, y salvo justificadas excepciones, el tratamiento es quirúrgico. "Según el tipo de fractura, su localización y el estado del enfermo se utilizarán diferentes tipos de técnicas para obtener el mejor rendimiento posible de esa articulación, ya sea con clavos, placas, prótesis parciales o totales de la cadera", añade el traumatólogo.
La fractura de cadera es frecuente a medida que se progresa en edad, calculándose que por cada cien mil personas, cerca de 100 sufren una fractura de cadera en un año. Si nos referimos a personas mayores de 80 años, casi un 3% han sufrido una fractura de cadera.
Factores de riesgo. Este mal es la fractura de la porción más próxima del hueso fémur, según explica el traumatólogo Roberto Pablo Villalta. Cabe señalar que estas articulaciones soportan todo el peso del resto del organismo, por lo tanto, son el apoyo imprescindible para poder caminar.
"Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture", dice el experto. "Podríamos separarlos en dos grandes grupos, siendo el primero la resistencia del hueso y el segundo, la energía aplicada a este para que se rompa", agrega.
La resistencia del hueso está determinada fundamentalmente por la masa ósea, es decir la cantidad de hueso de buena calidad, que tiene que ver con la densidad mineral que este contiene.
"Se estima que en la tercera década de la vida, se llega al máximo nivel de masa ósea, y de ahí en adelante se pierde paulatinamente hasta la menopausia, en el caso de las mujeres, y sobre los 70 años en los hombres, donde la pérdida es mucho más acentuada".
Prevenir en la tercera edad. "Sin embargo, en las personas mayores, tan importante como la calidad del hueso son los golpes que se le den a este", agrega el traumatólogo. Por eso las caídas, son un factor esencial en el riesgo de padecer fracturas de cadera y basta una pequeña cantidad de energía para que, en el contexto de un hueso poco resistente, se produzca la fractura.
El diagnóstico. Según indica Villalta, en general, el diagnóstico de la fractura no supone mayor dificultad, pues la persona no puede caminar, presenta intenso dolor al mover el miembro inferior afectado y este toma una posición de acortamiento y rotación hacia afuera. "En cualquier caso, y de todos modos, una caída debe ser valorada por un médico", enfatiza.
Tratamiento. Habitualmente, y salvo justificadas excepciones, el tratamiento es quirúrgico. "Según el tipo de fractura, su localización y el estado del enfermo se utilizarán diferentes tipos de técnicas para obtener el mejor rendimiento posible de esa articulación, ya sea con clavos, placas, prótesis parciales o totales de la cadera", añade el traumatólogo.
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