Las frustraciones porque las cosas no suceden como las planificamos, canalizadas de forma incorrecta, en ocasiones nos convierten en personas impulsivas, impacientes, cargadas de ira.

La conferencista, escritora y comunicadora social Maytte Sepúlveda, comparte reflexiones entusiastas para manejar el mal humor y tener relaciones más satisfactorias con nosotros mismos y el entorno. Para ella, existen enemigos que justifican el comportamiento inadecuado, como buscar culpables.

“En lugar de hacer una pequeña reflexión interior, pensamos quiénes son los culpables de que nos comportemos de una u otra forma”, afirma la motivadora. Constantemente nos planteamos que “si tú no me hablaras en ese tono, si fueras más colaborador, si la economía estuviera más balanceada, si las cosas fuesen distintas”, y encontramos excusas para equivocarnos.

Partiendo de la introspección, se alcanza un estado emocional y mental adecuado. Sepúlveda sugiere que nos cuestionemos tres cosas para lograrlo:

1. ¿Cómo estamos actuando?

2. ¿Cuál es la cara que proyectamos a los demás?

3. ¿De qué manera afecta lo que decimos, hacemos y expresamos corporalmente?

Así mismo, practicar estas técnicas para corregir y transformar nuestro carácter:

Reconocer y aceptar que estamos intolerantes, malhumorados, a la defensiva, ayuda a encontrar serenidad para no ofendernos con las críticas que nos hacen amigos y familiares.

Construir un ambiente más amable, lleno de gente compresiva.

Evitar reaccionar, controlar el impulso de responder sin pensar en el efecto que causará. Preguntarnos ¿qué podemos hacer para resolver estos sentimientos que experimento sin herir al otro?

Escucharnos para comprender el alcance de nuestras acciones.

Encontrar los aspectos positivos ante las situaciones adversas.

Organizar agendas con planes de acción, para administrar el tiempo y no abrumarnos con las responsabilidades. Sin desesperarnos cuando surjan imprevistos.

Incorporar en la rutina diaria, actividades divertidas y relajantes que nos permitan drenar la ansiedad.