La violencia no da tregua ni tiene límites. Ahora llegó hasta el recinto Cuatro Hermanos, de la parroquia rural San Pedro de Suma, en el cantón El Carmen (Manabí). Allí fueron encontrados muertos a tiros Esio Reyes Angulo Vera, de 45 años, y Santiago Lorenzo Quiñones Estacio, de 65.
Según las primeras investigaciones, las víctimas estaban en la casa de Quiñones Estacio, quien fue hallado en su cuarto, mientras que Esio Angulo yacía debajo de la escalera.
Debido al estado de descomposición de los cuerpos se presume que fueron eliminados el jueves en la tarde, cuando se escucharon alrededor de nueves disparos, según moradores del lugar.
Una vecina, quien llegó acompañada de una niña a pedir que le regalen unas papayas y choclos, descubrió los cuerpos a las 18:00 del viernes pasado.
La mujer, quien también es arrendataria junto a su esposo de parte de esos predios, mencionó que los llamó, pero como nadie respondía, les dijo bromeando que “no sean vagos. ¿Son gallinas para que duerman tan temprano?”.
Como se escuchaba música y una perrita ladraba, la señora se acercó a ver lo que pasaba con sus vecinos, ya que no respondían a sus insistentes llamados. De pronto se dio cuenta que Esio estaba debajo de la escalera, boca arriba y lleno de moscas.
Asustada llamó a su marido por teléfono y se comunicó con la Policía.
La testigo relató que ella alimentaba a sus vecinos porque vivían solos.
Ramón Angulo, hermano de Esio, expresó que tuvo un problema con un familiar, a quien Quiñones supuestamente le dio un poder, “pero esa persona sacó escrituras de las tierras a su nombre. Esto ocasionó un juicio y ella estaba perdiendo, por lo que lo amenazó con matarlo”.
Santiago Lorenzo Quiñones deja una niña en la orfandad, mientras que Esio Reyes deja cuatro hijos, dos de ellos mayores de edad.
Reyes presentaba un impacto de bala en la boca, que le salió por la parte posterior de la cabeza, uno en la mano derecha y cuatro en la espalda.
Quiñones tenía dos disparos en la parte derecha del abdomen y un corte profundo en el pómulo del mismo lado.
Extra
Según las primeras investigaciones, las víctimas estaban en la casa de Quiñones Estacio, quien fue hallado en su cuarto, mientras que Esio Angulo yacía debajo de la escalera.
Debido al estado de descomposición de los cuerpos se presume que fueron eliminados el jueves en la tarde, cuando se escucharon alrededor de nueves disparos, según moradores del lugar.
Una vecina, quien llegó acompañada de una niña a pedir que le regalen unas papayas y choclos, descubrió los cuerpos a las 18:00 del viernes pasado.
La mujer, quien también es arrendataria junto a su esposo de parte de esos predios, mencionó que los llamó, pero como nadie respondía, les dijo bromeando que “no sean vagos. ¿Son gallinas para que duerman tan temprano?”.
Como se escuchaba música y una perrita ladraba, la señora se acercó a ver lo que pasaba con sus vecinos, ya que no respondían a sus insistentes llamados. De pronto se dio cuenta que Esio estaba debajo de la escalera, boca arriba y lleno de moscas.
Asustada llamó a su marido por teléfono y se comunicó con la Policía.
La testigo relató que ella alimentaba a sus vecinos porque vivían solos.
Ramón Angulo, hermano de Esio, expresó que tuvo un problema con un familiar, a quien Quiñones supuestamente le dio un poder, “pero esa persona sacó escrituras de las tierras a su nombre. Esto ocasionó un juicio y ella estaba perdiendo, por lo que lo amenazó con matarlo”.
Santiago Lorenzo Quiñones deja una niña en la orfandad, mientras que Esio Reyes deja cuatro hijos, dos de ellos mayores de edad.
Reyes presentaba un impacto de bala en la boca, que le salió por la parte posterior de la cabeza, uno en la mano derecha y cuatro en la espalda.
Quiñones tenía dos disparos en la parte derecha del abdomen y un corte profundo en el pómulo del mismo lado.
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