Conozca la historia del Martes 13 y sus malos presagios

La Paz, 13 de noviembre.- No te cases ni te embarques, es martes 13... reza el conocido refrán que se cimienta en la fama del martes 13 como día de mala suerte. ¿Cuál es el origen de esta superstición? En la nota le contamos el por qué de la mala fama de número 13 y la supertición relacionada con este número. Sin embargo, por las dudas, será mejor ingresar a todos lados con el pie derecho.

¿Por qué martes? Martes es el día del planeta Marte, el dios de la guerra, la destrucción y la violencia, uno de los dos maléficos (el menor) asociado con todo tipo de desgracias. "Marte es un planeta de maldad natural. Es gastador, malvado, cruel, ama matar y las matanzas, las peleas, los pleitos y las discusiones. Es el planeta rojo, de la sangre, de la infortuna rápida, el que se ensaña pronto con crueldad y el que no se controla cuando se enoja", explica la astróloga Patricia Kesselman al diario Clarín.

Esto quiere decir que el día que le pertenece a Marte es un día que es propicio para este tipo de cosas (emprender guerras y batallas) pero no es bueno para las cosas agradables. Los días Martes, en síntesis, son días ‘agresivos’.

Pero la mala fama del segundo (o para algunos, tercer) día de la semana no es reciente. Desde finales de la Edad Media que viene arrastrando una opinión negativa. ¿La razón? Constantinopla cayó el martes 29 de mayo de 1453 e implicó, en aquel momento, una gran crisis para la comunidad cristiana que se encargó de extender por el mundo su opinión poco favorable acerca de este día.

Otros creen, además, “que la destrucción de la torre de Babel se produjo un día martes 13 y, por eso, también se lo asocia con todo tipo de destrucción”, dice Kesselman.

¿Martes 13 o viernes 13?

En este caso, la superstición tiene una connotación cultural: el temor al viernes tiene origen anglosajón mientras que el miedo a los martes surgió en Grecia y España. Es por eso que en Estados Unidos la fecha fatídica es el viernes 13 y en Latinoamérica el martes 13 es sinónimo de mala suerte.

Con respecto a número 13, las versiones son muchas. Primero, “la mala fama del 13 puede tener que ver con la carta del Tarot que lleva ese valor que es la carta de la muerte y corresponde al primer número después de la finalización de un ciclo (12) y se relaciona con un nuevo inicio (|nacimiento, muerte y regeneración) pasando, previamente, por la disolución”, comenta la astróloga.

“Esa carta se refiere a la primera fase después de un deceso, del cese de las funciones cardíacas y de la separación del alma del cuerpo físico. Esta fase -de acuerdo a los ocultistas- es muy complicada y dolorosa porque al hombre lo envuelve la inconciencia y un velo de vacío. Eso es lo que simbolizan la carta de la muerte y el número 13 para el Tarot”.

Por otra parte, “la superstición relacionada con el trece se le ha dado el nombre científico de trezidavomartiofobia o ‘triscaidecafobia´, que proviene de la palabra griega ‘triscaideca’, que significa trece, y de ‘phobos, miedo”, explica la numeróloga Pitty Asad.

Para esta disciplina, por su parte, este número “tiene un simbolismo kármico ya que significa demasiada estabilidad y poca elevación 13=1+3= 4 los cuatro elementos que simbolizan el mundo material faltando, desde luego, la proyección espiritual del hombre que es simbolizada totalmente por el número 7. Al número 13 se lo relaciona con pérdidas y con una estabilidad material sin aspiraciones, como es el 4 (relacionado con un cuadrado), que tiene pocas chances de movimiento y cambio”, agrega Kesselman.

Sin embargo, “hay mucha gente que lo ha tomado al revés, "positivamente", por lo cual dentro de sus creencias, lo consideran como un día de buena suerte o buena fortuna. Tanto así, que durante ese día muchos apuestan por ese número en los juegos de azar”, concluye Asad.

Aunque existen varias razones para pensar que el martes 13 es un día de desgracias y mala suerte es mejor pensar que esas connotaciones negativas no tienen fundamentos científicos, por lo cual debemos tener muy claro que sólo se trata de un mito.

Clarín

No hay comentarios: