Quizás es el masaje más popular en el mundo entero. Y, aunque su mayor beneficio es la relajación total, no es necesario tener un estrés al máximo para realizárselo. Hablamos de las virtudes del masaje sueco.
Este tipo de terapia, como su nombre mismo indica, fue desarrollado por Henrik Ling, en 1830, en Suecia, donde también se lo conoce como "masaje clásico", y forma parte del concepto sueco de bienestar.
Simplemente relax. La práctica de estos masajes apunta a un solo fin, el relax total, según indica la terapeuta alternativa del centro Elementos, Isabel Laserna. Aunque recalca que no es necesario ni se debe dejar estar muy estresado para hacerlo. El masaje sueco relaja los músculos contracturados mediante maniobras que no son suaves ni tampoco bruscas y que además se realizan con movimientos activos y pasivos, siempre en contra de la circulación o, dicho con otras palabras, en dirección al corazón, para estimular la circulación.
Tiempo para disfrutar. Para realizar un masaje sueco se utilizan solo las manos y aceite. "La terapia dura una hora u hora y media como máximo. Se inicia desde los pies hasta la espalda y no se masajea el cuello ni cervicales", enfatiza la experta.
La primera terapia se realiza una vez por semana y luego, en el segundo mes, se aconseja dos veces, mientras que a partir del tercero uno al mes o cuando uno se sienta estresado.
Hay ocasiones para evitarlo. Pese a los beneficios de los masaje suecos, Laserna pone en evidencia algunos casos en los cuales conviene evitarlos. Por ejemplo, cuando hay osteoporosis, fracturas o heridas abiertas cercanas. También en el embarazo no se puede aplicar porque la persona no puede estar totalmente boca abajo, uno de los requerimientos principales para disfrutar este placer, que se logra a través de las manos y que se puede aplicar a cualquier edad.
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