El director ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS), Germán Aramayo, informó ayer que no sólo El Alto sufre por la falta de agua potable, sino también otras cuatro ciudades: Tarija, Oruro, Potosí y Sucre.
“En todas estas regiones tenemos estos problemas porque nuestras fuentes de agua no están yendo a la par con las ampliaciones de cobertura, (que son necesarias debido al) crecimiento poblacional”, sostuvo Aramayo a la red ERBOL.
En el caso de Sucre, afirmó que desde que se consolidó el sistema de distribución de agua potable, hubo un crecimiento poblacional de 20.000 a 25.000 habitantes, a los que ahora afecta el racionamiento. Lo mismo ocurre en El Alto.
En esta última ciudad -explicó Aramayo- hay una aducción (proceso mediante el que el agua se conduce, desde su captación, a la planta de tratamiento) que no va a la par del crecimiento poblacional.
En Potosí -agregó- hay lagunas que sólo abastecen a la parte alta de la ciudad, lo que obliga al racionamiento, al igual que en Oruro, donde la aducción de agua data de hace 30 años y el crecimiento poblacional fue superior a lo previsto.
Aramayo descartó que se registren similares problemas en La Paz, no obstante que, en principio, se había anunciado que la ladera oeste también sufriría de racionamiento.
El 1 de noviembre, el gerente general de la Empresa Pública Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (EPSAS), William Marca, anunció el inicio de un plan de contingencia, en 12 de los 14 distritos de El Alto, consistente en bajar la presión del suministro de agua potable durante la noche, a fin de garantizar la provisión en horarios pico.
La medida provocó la molestia de las organizaciones sociales de El Alto, que gestionaron un encuentro con el presidente Evo Morales para hacerle conocer su preocupación.
El presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Javier Ajno, informó el martes que dicha reunión se realizó y que el Jefe de Estado habría comprometido un presupuesto de 78 millones de dólares para la ejecución del proyecto hídrico Peñas.
En criterio de Aramayo, la infraestructura de producción de agua demanda una alta inversión, por lo que hasta el momento resultó difícil atender problemas en varias ciudades. “Es un tema que tenemos que analizar a la brevedad posible, en la perspectiva de buscar soluciones a futuro”, afirmó.
El funcionario reconoció que Sucre es una de las ciudades más afectadas por el racionamiento de agua. El 20 de septiembre, la capital fue declarada en alerta naranja por la escasez de agua en los barrios y zonas altas.
Según Édgar Campos, gerente general de la Empresa Local de Agua Potable y Alcantarillado (Elapas), el problema se registró como efecto de los bajos niveles de abastecimiento en los tanques que conectan con las plantas de tratamiento, reportó ABI.
A principios de este mes, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua se comprometió a entregar recursos económicos para dotar de agua potable a las zonas altas de la ciudad de Sucre.
Página Siete
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