“Octubre Negro”, heridas que no sanan y la justicia no llega

31 oct.- A ocho años de recordarse los fatídicos días que vivieron las ciudades de El Alto y La Paz en octubre de 2003, las víctimas, familiares de heridos, madres e hijos que quedaron en la orfandad nunca olvidarán los sucesos macabros que, a pesar del tiempo, siguen latentes por la falta de justicia y el abandono a héroes que lucharon en defensa de los recursos naturales bolivianos.

HISTORIA

El motivo principal que despertó al “león dormido” en los primeros años del siglo 21 fue la venta del gas, empero esta molestia se inició en febrero del mismo año con una ley imponente como era la del impuestazo promovida por el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, lo cual desencadenó una guerra entre policías y militares.

Pero volviendo al tema principal, la verdadera guerra se inicia cuando Goni decidió exportar a Estados Unidos el gas boliviano por puertos chilenos y frente a la petición de la población para que desista de su intención el Gobierno hizo oídos sordos.

Frente a las circunstancias, los sectores sociales inician sus medidas de presión con bloqueos de caminos y sólo en cuatro días las víctimas suman a 60 fallecidos en El Alto, Ventilla y Warisata.

Posteriormente, las demandas fueron más allá ya que debido a las circunstancias no sólo era el tema de la exportación del gas, ni de la industrialización, sino que exigían la renuncia de Sánchez de Lozada.

PERSONAJES

Felipe Quispe, más conocido como el “Mallku”, Evo Morales, actual presidente del Estado, Mauricio Cori, dirigente de la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto, quién encabezó este movimiento y Jaime Solares, máximo dirigente de la Central Obrera Boliviana en ese momento.

Pero el principal actor de esta lucha fue el pueblo alteño que con su valentía ofrendó vidas de adultos, jóvenes e incluso niños en defensa de los recursos naturales.

Las calles llenas, alteños y alteñas invadieron las principales avenidas bloqueando en protesta, militares y policías los enfrentaron sin resultado porque el coraje que este pueblo le demostró al mundo fue más fuerte que cualquier imposición.

En esta ocasión los alteños salieron a las calles para gritarle al mundo que estarán siempre de pie y nunca de rodillas.

Ahora, después de ocho años de este nefasto, hecho que dejó a los alteños y bolivianos una gran herida aún las víctimas sienten estos sucesos, pues muchas personas quedaron con discapacidad, viudas y huérfanos piden aún al actual Gobierno acordarse de ellas por lo menos con una fuente laboral que les permita sostener a sus familias.

EABolivia

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