Consejos para hacer ejercicios y bailar después de los 35 - Mujeres

Son las nueve de la mañana. La música trasciende las paredes del primer piso del Edificio J&M y llega hasta la avenida Montenegro de San Miguel. Allí, un grupo de alrededor de 25 mujeres ha iniciado su sesión diaria de comba, una disciplina creada en Bolivia que une el baile y los ejercicios cardiovasculares.

Las sesiones de comba atraen diariamente a decenas de mujeres al Gimnasio Brava. Las asistentes son madres, profesionales y empresarias que queman alrededor de 500 a 1.200 calorías bailando mientras se divierten y, entre descanso y descanso, conversan y bromean.

La comba fue desarrollada por el profesor de educación física e instructor de gimnasia aeróbica fitness, Braulio Valencia. “Hace cuatro años desarrollamos este método que combina el baile y la aeróbica fitness. Son diferentes tipos de movimientos aplicados en muchos ritmos musicales en forma simple y con varios niveles de intensidad que ayudan a fortalecer el sistema cardiovascular”, explica.

Valencia creó la comba con el asesoramiento de otros profesionales del área combinando el baile -que es una terapia natural de relajación- y los ejercicios para que trabajen los músculos quemando calorías.

Los secretos del atractivo

Pero, ¿por qué es tan exitosa la práctica de la comba si en otros gimnasios también se ofrecen sesiones de baile combinadas con otras técnicas de gimnasia aeróbica? Para obtener la respuesta es necesario estar presente en una de las clases dirigidas por Valencia.

A ritmo de la canción Me río de ti, de Gloria Trevi, se inicia la clase de las nueve de la mañana. Después de los ejercicios de estiramiento arrancan con los pasos que fácilmente podrían formar parte de la coreografía de cualquier grupo de baile. Mientras una versión remezclada de salsa, reggaetón y cuarteto empieza a sonar, la actitud de las participantes parece más relajada y hasta festiva.

La confianza que han establecido las asistentes con el instructor se percibe y, por momentos, más que estar en una clase de comba parece una pista de baile de cualquier discoteca.

En tanto, Valencia recorre el lugar asegurándose que todas sigan los pasos.

Elizabeth Balta, de 52 años, es una de las más activas de las sesiones. No falta ni un día. “La verdad es que era gordita; en realidad, el peso no varía tanto, pero en volumen ha bajado un montón. Lo que se nota en la reducción de las tallas. Es realmente fabuloso”, cuenta.

Norma Byrne, Aleida Vega y Becky Pardo también forman parte del grupo de las nueve de la mañana. Ellas, todas mayores de 40 años, coinciden en que no pueden faltar a las clases porque, además de hacer ejercicio, la pasan muy bien.

“Solamente bailando he bajado 15 kilos desde que ingresé a esta clase”, dice Byrne.

“Para mí es un complemento de varias cosas, varios ritmos de música que está de moda hasta los clásicos. Hacemos ejercicios que nos ayudan a quemar calorías casi sin darnos cuenta mientras bailamos música bonita y nos relajamos. Es como una terapia de una hora en la que se hace ejercicio”, afirma Vega.

Belleza más allá de los 30

El gastado estereotipo de que las mujeres más son atractivas sólo hasta que cumplen cierta edad queda en el suelo al verlas bailar y divertirse.

“Una mujer que hace ejercicio, que cuida su salud, está cuidando su futuro con ejercicios como éstos. Lo que hacemos una hora por día se va a ver reflejado de aquí a varios años”, añade Vega.

Por otro lado, también confiesan que su actitud, cuando tienen la oportunidad de salir a bailar, ha cambiado. Ahora tienen más confianza en su ritmo, se sienten más seguras.

En este gimnasio la comba se puede practicar en dos horarios, por la mañana, de lunes a viernes a un costo de 20 bolivianos por sesión o en paquetes de 150 a 200 bolivianos, dependiendo de los días de asistencia.

Pero las ocupaciones con la familia y el trabajo no siempre permiten a las mujeres asistir a las clases, por lo que Valencia ha elaborado un DVD con varias rutinas.

“No importa cuán ocupadas estemos. Es necesario siempre reservar una hora sólo para nosotras”, dice Byrne.

Página Siete


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