La altura y sus mitos se hicieron realidad en una foto, en una imagen que vale más de mil palabras. Es Angel Di María al costado de la cancha siendo asistido, con un tubo de oxígeno ayudándolo a recuperarse. El volante corrió muchísimo en la excursión a La Paz para jugar ante Bolivia y sí, los más de 3600 metros se hicieron sentir.

Di María, como volante izquierdo, fue de los más activos en el ataque argentino y tuvo dos chances de convertir que no logró concretar. A puro desborde, varias veces se lo vio de rodillas y buscando airea de cualquier forma por el desgaste que se produjo. Angel no había jugado ante Venezuela, y Pachorra aprovechó su velocidad en la altura. "Salía solo y nos dejaba a todos atrás. Fue impresionante lo que hizo", lo elogió Messi.

Eso sí, además de la altitud, Fideo sufrió con los golpes: en un desborde en la segunda parte cayó al piso y se lastimó feo en el hombro. Afortunadamente, no fue de un grado mayor y pudo continuar jugando. Después, ya más descansado, dijo sentirse "contento por el resultado. Tuvimos chances para ganarlo pero el sacrificio fue muy grande y nos vamos contentos por eso". Y cuando le preguntaron cómo se iba después se semejante esfuerzo, así lo definió: "Terminé liquidado, con el oxígeno… Todos hicimos las cosas para ganar este partido. El grupo está muy unido y sólo piensa en seguir sumando. Dimos otro paso muy importante. Sacamos un empate que sirve".