Choferes exígen referendo para aplicar pena de muerte en Bolivia

La Confederación de Chóferes de Bolivia, pide al Gobierno convocar a un referéndum vinculante para aplicar o no la pena de muerte en el país en contra de los delincuentes.

El máximo dirigente de esta organización matriz de los trabajadores del volante, Franklin Duran, manifestó que ya es insostenible observar que la justicia actúe con benevolencia para con los antisociales y criminales en el país.

“Yo creo que el gobierno debería convocar un referéndum a nivel nacional y votemos todos los bolivianos, porque de una vez hay que poner coto al asunto, porque no podemos estar viendo que la justicia los largue a aquellas personas que están aprendidas por este hecho yo creo que ya esa hora que entre en vigencia la pena de muerte por que estas personas no piensan no dudan, si tiene que matar lo hacen lo hacen no más”, manifestó Duran

Así mismo duran manifestó que el sector insistirá ante el gobierno autorización para que los chóferes del transporte público porten armas de fuego con el fin evitar más muertes de sus afiliados en manos de “cogoteros”.

En la víspera miles de vecinos de la ciudad de El Alto marcharon en La Paz exigiendo justicia y la implementación de pena de muerte en el país contra los delincuentes.

La medida fue provocada por el asesinato de dos periodistas de la ciudad de El Alto el pasado fin de semana, hecho que desato la indignación de los vecinos alteños que advierten con hacer justicia con mano propia ante cualquier hecho de sangre.

Radio Fides

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Por su enorme interés y para refutar las tonterías del grupo de abogados laboristas de extrema izquierda también conocido como amnistía internacional adjunto este texto del premio Nobel de 1992 Gary Becker(http://www.project-La moralidad de la pena capital
by Gary S. Becker

Gary S. Becker A menudo se critica a los Estados Unidos por negarse a abolir la pena capital. Muchos afirman actualmente que la abolición de la pena capital es precondición de un sistema jurídico penal civilizado. El Premio Nóbel Gary Becker no está de acuerdo.

Los gobiernos europeos se oponen firmemente a la pena capital –la Unión Europea la prohíbe por completo– y algunos europeos consideran que su uso en los Estados Unidos es cruel. En efecto, muchos intelectuales europeos sostienen que no sólo la pena capital sino los castigos en general no disuaden a los criminales.

Pero mientras que los europeos, con tasas de criminalidad muy por debajo de las estadounidenses durante el último medio siglo, podían darse el lujo de ser relativamente “blandos” con la mayoría de los delitos, han visto un brusco aumento de sus tasas de criminalidad en los últimos veinte años. En cambio, las tasas estadounidenses han decrecido, debido en parte a un mayor uso de los castigos.

Esto incluye la pena capital. Yo apoyo la ejecución de algunas personas condenadas por homicidio porque –y sólo porque– creo que evita otros asesinatos. Si yo no creyera eso me opondría a la pena capital, porque la venganza y otros posibles motivos no deben ser la base de las políticas públicas.

Los estudios empíricos serios sobre la pena capital en los EU empezaron con un estudio pionero de Isaac Ehrlich publicado en 1975 en la American Economic Review. Algunos estudios posteriores han encontrado un efecto disuasivo mucho más débil, mientras que otros han constatado uno mucho más fuerte.

Anónimo dijo...

Gilberto Antonio Chamba, nacido en Machala, provincia de El Oro, Ecuador en 1993, a sus 30 años, Gilberto fue apodado como “El Monstruo de Machala” por la brutalidad con la que asesinó a sus víctimas.

Yo las violaba después de muertas, esa era mi satisfacción personal. Soy culpable y en esto he andado solo.
Esas fueron las únicas palabras que Chamba pronunció tras ser detenido en 1993, acusado del asesinato y violación de ocho mujeres y la violación de otras dos.

Según registran varios medios impresos, en aquella época, Chamba contó a los policías cada uno de los pasos que siguió antes, durante y después de los crímenes.

Él era propietario de un taxi en el que desde 1988 hasta 1993 recorrió las calles de Machala en búsqueda de clientas. Todas debían cumplir con un patrón determinado: ser jóvenes, estudiantes y andar solas.

Los agentes que lograron su captura narraron que, dudosos de que Chamba fuera el verdadero asesino, trataban de confundirlo llevándolo a sitios distantes del lugar de los asesinatos; sin embargo, con una frialdad sorprendente, Chamba les corregía y les llevaba adonde violó y mató.

Una crónica de diario El País, de España, rescata el testimonio de Fausto Terán, un policía retirado que participó en la captura de “El Monstruo de Machala”. “Según me confesó Chamba no practicaba penetración vaginal a sus víctimas. Prácticamente les ensartaba un instrumento similar a un bastón, que se había mandado fabricar expresamente. A muchas, las ensartaba con tal violencia que el instrumento salía por sus bocas”, destacó.

De sus diez víctimas en el Ecuador, dos eran menores de edad. Y el testimonio de una trabajadora sexual, una de las dos mujeres que sobrevivió a sus ataques, sirvió para iniciar el proceso penal en su contra, que terminó con una sentencia de 16 años de prisión.

Una sentencia de la que apenas cumplió siete años, pues se acogió al beneficio del 2×1, que rebajaba las penas de los presos con buena conducta a la mitad y recibió un año más de indulto debido al jubileo 2000, que otorgaba ese tiempo de gracia o perdón.

El 9 de noviembre de 2000, tras cumplir su pena y luego de limpiar su récord policial -un beneficio que solo es posible en el Ecuador-, Gilberto, quien hasta ese entonces estaba casado y tenía hijas con su esposa Mariela, decidió trasladarse a España. Un vuelo lo llevó hasta Ámsterdam y de allí se trasladó al aeropuerto de Barajas en Madrid, en donde lo esperaban dos de sus hermanas.

Anónimo dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Gilberto_Chamba
Realizados los análisis y pruebas correspondientes la Fiscalía desestimó ese argumento que fue el principal elemento incriminatorio del ecuatoriano quien recibió una pena de 45 años divididos en 20 años por el crimen de la joven estudiante española María Isabel Bascuñana, otros 12 por su violación, al tiempo que le impusieron otros 13 años por el intento de violación y asesinato de una prostituta rumana quien testificó en su contra luego de ver sus imágenes y fotografías en medios locales, luego de su detención.

Anónimo dijo...

Quienes se oponen a la pena capital afirman con frecuencia que el Estado no tiene el derecho moral de quitarle la vida a nadie, incluyendo al peor de los asesinos. No obstante esa es una conclusión totalmente equivocada para quien crea que la pena capital disuade.

Para ver por qué, supongamos que por cada asesino ejecutado (en lugar de condenado a prisión perpetua, por ejemplo) el número de asesinatos se reduce por tres, que es una cifra muy inferior a las de Ehrlich y otros cálculos del efecto disuasivo. Esto implica que por cada asesino no ejecutado morirían tres víctimas inocentes. De hecho, el gobierno estaría contribuyendo indirectamente a “quitar” muchas vidas si no usara la pena capital.

Salvar tres vidas inocentes por cada persona ejecutada parece ser una buena compensación, e incluso dos vidas salvadas por ejecución parece ser una tasa convincente de costo-beneficio para la pena capital. Sin embargo, es cierto que los argumentos en favor de la pena capital se hacen menos claros a medida que el número de vidas salvadas por ejecución disminuye. Pero, aun si sólo se salvara una vida por ejecución, la opción podría seguir siendo deseable si la vida salvada es mucho mejor que la vida quitada, que generalmente sería el caso.

Muchas personas se oponen a comparar la calidad de la vida salvada y la vida quitada. Sin embargo, no veo cómo evitar tal comparación. Consideremos a un delincuente de carrera que roba y mata a una víctima que llevaba una vida decente y que deja varios hijos y una esposa. Supongamos que fuera posible salvar la vida de una víctima inocente al ejecutar a ese delincuente. Para mí es obvio que salvar la vida de la víctima debe valer más que quitarle la vida al delincuente. Evidentemente, no todos los casos son tan claros, pero la comparación de las calidades de las vidas individuales debe formar parte de cualquier política social razonable.

Esto ayuda a explicar por qué la pena capital sólo se debe usar en casos de asesinato y no de delitos menores. Cuando se trata de optar por quitar vidas y, digamos, reducir los robos, los argumentos en favor de castigos menos severos son mucho más sólidos. Aunque las agresiones severas, incluyendo algunas violaciones terribles, pueden acercarse a la severidad de ciertos asesinatos y podrían justificar la pena capital, yo no apoyo su uso en esos casos.

Un argumento poderoso en favor de reservar la pena capital para los asesinos es la “disuasión marginal”. Si las agresiones se castigaran con la ejecución, los delincuentes tendrían un incentivo para matar a sus víctimas a fin de evitar que los descubrieran (lo que constituye una razón importante por la que la severidad de los castigos debe ser proporcional en general a la severidad de los delitos).

Una complicación es que la pena capital puede hacer que el asesino luche con mayor fuerza para evitar su captura, lo que podría conducir a más muertes. Pero, si bien la disuasión marginal es importante, creo que la resistencia de los asesinos a ser capturados, posiblemente a costa de sus propias vidas, es en verdad una prueba de que los delincuentes temen a la pena capital.

Por supuesto me preocupa el riesgo de ejecutar a un inocente. Mi apoyo a la pena capital se debilitaría considerablemente si la tasa de ejecuciones de inocentes fuera tan alta como muchos afirman. Sin embargo, creo que el proceso de apelación en los EU ofrece una enorme protección, no tanto contra las condenas erróneas sino contra las ejecuciones indebidas, de manera que hay muy pocos casos documentados, si es que hay alguno, de personas inocentes que hayan sido ejecutadas. Y este proceso se ha reforzado mucho con el desarrollo de la identificación basada en el DNA.

Es angustiante quitarle la vida a alguien, incluso a un asesino, pero a veces se requieren actos muy desagradables para evitar comportamientos aún peores que acaban con la vida de víctimas inocentes.

Anónimo dijo...

Apoyo totalmente la pena de muerte entre otras razones porque los progres de amnistía internacional también se oponen a la cadena perpetua. Ej.: el vergonzoso caso del asesino en serie Chamba”monstruo de Machala”, http://www.elpais.com/articulo/espana/presunto/asesino/Lleida/logro/pasaporte/Ecuador/pese/ser/criminal/serie/elpepiesp/20041209elpepinac_14/Tes; voy enviar de nuevo las poderosas razones que muchos economistas dan para la pena de muerte.

Anónimo dijo...

Respecto a la pena capital conviene reflexionar sobre una cuestión la lucha conta la pena de muerte comenzo gracias a Beccaria ,un economista ,no jurista.Precisamente en nuestros dias los renovadores del codigo penal que llegaron a la conclusión de que la pena de muert es util y necesaria son tambien economistas:Gary Brcker premio nobel,Paul R. Zimmerman,Dale O. Cloninger & Roberto Marchesini,Zhiqiang Liu etc.Curioso,no.

Anónimo dijo...

Al margen de lo que ocurra en la legislación civil, el problema resulta más delicado para un creyente cuando se plantea desde una perspectiva religiosa. La Iglesia católica (con el consenso, por otro lado, de las ortodoxas y protestantes y exceptuando a algunas pequeñas sectas heréticas de los propios reformados) nunca ha negado que la autoridad legítima posea el poder de infligir la muerte como castigo. La propuesta de Inocencio III, confirmada por el Cuarto Concilio de Letrán de 1215, según la cual la autoridad civil «puede infligir sin pecado la pena de muerte, siempre que actúe motivada por la justicia y no por el odio y proceda a ella con prudencia y no indiscriminadamente» es materia de fide. Esta declaración dogmática confirma toda la tradición católica anterior y sintetiza la posterior. De hecho, hasta ahora no ha sido modificada por ninguna otra sentencia solemne del Magisterio. Messori es un apologista genial y ha refutado las tonterías clericales progres: http://www.conoze.com/doc.php?doc=3489

Anónimo dijo...

Muy mal el cardenal Julio Terrazas; el empeño de conferencias episcopales y diplomaticos vaticanos por abolir la pena de muerte se basa en el deseo,sin base en la realidad, de que los progresistas no sean tan hostiles a la Iglesia Católica. Tambien en la falsa creencia de que la abolición de la pena capital llevará a suprimir la legislación proabortista, en realidad ocurre justamente lo contrario: menos pena de muerte para asesinos más aborto para bebes inocentes. Adam Smith señalaba: ´´La piedad con los culpables es crueldad con los inocentes´´. El castigo era, para él, un deber doloroso. Para la visión progre, sin embargo, el crimen es contrario a la naturaleza humana. Por consiguiente, la gente realiza crímenes por razones especiales, ya sean sociales o psiquiátricas. Y, por consiguiente, la forma de reducir el crimen es reducir esas razones especiales: pobreza, desempleo, discriminación, enfermedades mentales. El crimen refleja el carácter de la sociedad. El criminal sólo es su víctima.

Anónimo dijo...

Los estudios realizados por economistas como Steve Leavitt, autor del genial freakeconomics, entre otros, muestran que el incremento desde 1980 en la tendencia a condenar y mantener en prisión a los criminales ha sido la aportación más importante para la considerable caída de la criminalidad estadounidense.

Las personas detrás de las rejas no pueden cometer crímenes contra el público y muchas han desistido de echarse a andar en la senda del crimen por la terrible perspectiva de tener que pasar un largo tiempo en el encierro. Un titular del New York Times, de hace varios meses, proclamaba que: "La población encarcelada crece, no obstante que el índice de criminalidad decrece". Pero esta "paradoja" desaparece una vez que se reflexiona en el hecho de que el aumento de presidiarios sirve para reducir el crimen.

Anónimo dijo...

¿Es eficaz endurecer las penas a los delincuentes? Hace un año he leído una interesante aportación de Jeff Jacoby: Más prisioneros, menos delincuencia

http://www.elpais.com.uy/03/08/30/pinter_56019.asp

De hecho, mantener bajo encierro a criminales conocidos es una política sensible y efectiva contra la delincuencia. El Times se lamenta de que el costo involucrado en mantener bajo custodia a un reo asciende a 22.000 dólares anuales, pero ese no es un precio exorbitante si se trata de impedir que ocurran millones de asesinatos, violaciones, robos a mano armada y ataques cada año. El costo para la sociedad de un solo robo armado se ha estimado en más de 50.000 dólares; si se multiplica esa cifra por los 12 ó 13 ataques que cometen anualmente los reos promedio que fueron liberados, entonces los 22.000 dólares que cuesta mantener a cada preso harán que parezca toda una ganga.

Si bien la delincuencia ha estado descendiendo en Estados Unidos, ha ido en aumento en todos los ha ido en aumento en todos los demás lugares. "La criminalidad ha alcanzado niveles históricos en París, Madrid, Estocolmo, Amsterdam, Toronto,...( podeis leer el artículo aquí http://www.elpais.com.uy/03/08/30/pinter_56019.asp).

Anónimo dijo...

Aunque los negros usamericanos representan sólo una octava parte de la población, la probabilidad de que sean víctimas de un homicidio es seis veces superior a la de los blancos; y es siete veces más probable que acaben cometiendo un homicidio. Al mismo tiempo, sin embargo, los negros pobres y residentes de barrios bajos han sido beneficiados al máximo con el mayor encarcelamiento de las personas que cometían serios crímenes, ya que ellos eran casi siempre las víctimas.

Algunos intelectuales progres han creado un enorme mito al afirmar que el crimen no es erradicable, que está relacionado de un modo invencible con la pobreza, y que, por tanto, sólo puede reducirse por reformas sociales drásticas. De hecho, los EE.UU. han demostrado que la pobreza no es un factor esencial para luchar contra la delincuencia. En un notable contraste, el índice de delitos contra la propiedad en Inglaterra ha cambiado, de la mitad del índice de los EE.UU. que era en 1980 a duplicarse en 1995.

Los países que desarrollan un sistema efectivo de captura y castigo de los delincuentes juveniles no tendrán un arma mágica contra todos los crímenes. Pero han mejorado notablemente las condiciones de vida diaria para la mayoría de sus ciudadanos.

Anónimo dijo...

Gibraltar (y ciertas fuentes sostienen que los keppers quieren convertirse en paraiso fiscal) de ser el paraiso de los blanqueadores de dinero , a los evasores de impuestos, narcotraficantes, contrabandistas, blanqueadores de dinero y chorizos en general.


"Gibraltar tiene matriculadas más de treiunta mil empresas que se dedican simple y llanamente al fraude y al blanqueo, pero no es sólo eso: allí los bancos y el registro mercantil dan por bueno todo el dinero que da por bueno la máquina de detectar billetes falsos, no preguntan de dónde sale y se descargan las lanchas de hachís y coca casi a plena luz del día.


Allí, la economía producticva no existe en absoluto y se considera dogma de fe que hay que enriquecerse a costa de los impuestos que pagan los demás.


¿Y por qué se permite? Por debilidad. Por cobardía. Por interés. Porque somos así".



http://old.kaosenlared.net/noticia/gibraltar-hay-mas-camellos-monos

Luis Eduardo Siles dijo...

La pena de muerte ha estado en vigencia en el alto al amparo de los linchamientos salvajes que son avalados y tolerados por el gobierno en funciones. El concejal alteño Roberto de la cruz fue FILMADO por la red Unitel linchando a un hombre y el SENADOR Eugenio Rojas, el que abogó por la utilizacion de la tortura, es complice del ultimo linchamiento de achacachi hace un par de años cuando lincharon a 11 personas, dos de las cuales murieron quemadas vivas. Ayer fue quemado a vivo un presunto ladron, la pena de muerte existe y esta en vigencia, mucho mas alla de lo que diga la constitucion que los masistas son los primeros en violarla.http://nuestroperronegro.blogspot.com/2012/02/linchamientos-suman-y-siguen-en-bolivia.html