“Por el constante ataque de los celestes, los colombianos tuvieron que acudir a las faltas, las cuales fueron cobradas por el árbitro peruano, sin embargo, ninguna fue de peligro”

Defensivos.- Tomaron distancia, se fueron atrás desde el minuto inicial; el Junior de Barranquilla tomó sus recaudos, tal vez exagerados para evitar el gol. Este cometido sirvió los primeros 30 minutos, ya que no contaban con los disparos de fuera del área de la Academia paceña.

Sin salida.- Los primeros 15 minutos del cotejo fueron complicados para los “tiburones”, no podían salir de su campo de juego. Bolívar atacó y no dio respiro, las llegadas por ambos lados terminaron por complicar a los visitantes que tuvieron ocasionales salidas en bloque.

El golpe.- Por el constante ataque de los celestes, los colombianos tuvieron que acudir a las faltas, las cuales fueron cobradas por el árbitro peruano, sin embargo, ninguna fue de peligro.

No creo aguantar.- A la finalización del primer tiempo Giovanni Hernández dio la impresión de quedarse sin aire. “Yo creo que no voy más”, le dijo a su técnico y así ocurrió, el talentoso volante colombiano dejó su puesto a César Fawcett.

Los guantes.- Alguien les habló de un frío inclemente en La Paz. Los barranquilleros acostumbrados a jugar a más de 35 grados recurrieron a los infaltables guantes para compensar el frío que experimentaban los visitantes.

Nada elegante.- El técnico del equipo colombiano, José Hernández, lució una parca y una gorra roja. Una vestimenta poco elegante si se hace una comparación con el entrenador de Bolívar que se puso terno de primera calidad .

Desde el gol.- Con el gol del jugador Carlos Ruíz, el plantel colombiano empezó a atacar al Bolívar, ya que necesitaban conseguir por lo menos un punto para poder seguir con las esperanzas de clasificar a la siguiente fase.

La figura.- Pese a la derrota de la escuadra colombiana, el guardameta Sebastián Viera fue la figura de su equipo, si no hubiera sido por él, el resultado habría sido más abultado, a favor de la Academia.