Consejos para el buen uso de los antidepresivos

Los antidepresivos también se usan para tratar trastornos de pánico, de ansiedad generalizada, obsesivo compulsivo, de alimentación, entre otros, y han demostrado bajar la mortalidad en enfermedades cardiovasculares, según explica el psiquiatra Camilo Umaña.

La tristeza profunda, que incluso afecta el rendimiento laboral y distorsiona la vida emocional de una persona hasta el punto de querer morir, es lo que el común de la gente definiría por depresión.

“Hay datos que nos dicen que su causa tiene fondo hereditario y existen elementos precipitadores ligados con estrés persistente y crónico, que hacen que se produzca de forma constante una sustancia tóxica para el cerebro que daña las neuronas, desconectándolas y destruyéndolas (matándolas) y haciendo que se produzcan síntomas depresivos como la tristeza. Si el fenómeno avanza se producen los síntomas más dramáticos, como el deseo de morir”, explica el psiquiatra Camilo Umaña.

El descubrimiento de los antidepresivos también fue casual. En 1950 se trató a pacientes afectados de tuberculosis con iproniazida, una sustancia que demostró mejorar notablemente el estado anímico de los pacientes a pesar del cuadro infeccioso. Esa y otras drogas inhibidoras de la enzima llamada monoaminooxidasa (MAO), fueron los primeros antidepresivos calificados como tales por su acción para suprimir los estados de tristeza.

A pesar de la gravedad de los cuadros depresivos, muchas personas se niegan a acudir a la consulta con los profesionales de la psiquiatría por temor a ser formulados con antidepresivos.

Un estudio publicado en la revista Panamericana de Salud Pública en 2011 y que investigó los patrones de prescripción de antidepresivos en pacientes afiliados al Sistema General de Seguridad Social en Colombia concluyó que en el país predominan hábitos de prescripción de medicamentos de alto valor terapéutico, principalmente en monoterapia antidepresiva y que la mayoría de los antidepresivos se emplean en dosis menores que las recomendadas.

Sin embargo, la investigación plantea la necesidad de diseñar estrategias educativas para corregir algunos hábitos de prescripción e investigaciones que evalúen la efectividad del tratamiento. Aún hace falta mucho por evaluar de los antidepresivos, pero reconocidos psiquiatras de la ciudad, como Camilo Umaña y Mauricio Escobar, revelan las verdades de estas medicinas.

Preguntas y respuestas

Camilo Umaña Valdivieso
Médico Psiquiatra

¿Los antidepresivos afectan las neuronas?
“La crisis depresiva hace que se produzca una sustancia tóxica para el cerebro dañando las neuronas, desconectándolas y destruyéndolas (matándolas) y haciendo que (el cerebro y sus circuitos que hacen que funcione el afecto) se dañen. Para corregir el daño se requiere la restauración de todos los circuitos cerebrales y que se promuevan las sustancias que hagan crecer las neuronas. Hoy en día podemos decir que esas sustancias existen y se llaman los antidepresivos”.
¿Los antidepresivos hacen que nazcan neuronas?
“Sí, los antidepresivos restauran las neuronas dañadas y muertas, en una función que ahora denominamos “neuro-génesis” (nacimiento de nuevas neuronas) y hacen que el cerebro quede como “nuevo”. Pero para que este proceso se dé se requiere que la persona que padece depresión los tome como mínimo un año. Los estudios científicos han demostrado que en este lapso se producen los cambios en la estructura cerebral, que permite que en una gran mayoría de casos se evite otro episodio depresivo”.
¿Los antidepresivos producen dependencia?
“Los antidepresivos no generan dependencia. Hay medicamentos susceptibles de generar dependencias en alcohólicos, drogadictos y personas con trastornos de personalidad, pero los antidepresivos no han demostrado en más de medio siglo de uso que generan dependencia. Algunos tienen la peculiaridad de tener síntomas en el cuerpo al retirar el tratamiento, y a este fenómeno se le denomina síndrome de retiro”.
¿Cuáles son los efectos secundarios de los antidepresivos?
“Los efectos secundarios no se presentan en todas las personas y suceden en un número bajo de pacientes. En algunos casos hay que cambiarlos por los que no produzcan esos efectos. Cuenta mucho la sensibilidad individual. La creencia es que al tomar un antidepresivo se padecerán todos los efectos secundarios referenciados en Internet, pero los efectos secundarios son la excepción y no la norma. Muchos efectos secundarios son transitorios”.

MAURICIO ESCOBAR
Psiquiatría Infantil
“La psicofarmacología en el campo pediátrico carga con muchos cuestionamientos, lo cual en su momento le ha determinado limitaciones y hasta detenciones en su progreso. La ética y la dificultad de aplicar una metodología científica clara y válida ha sido uno de los principales obstáculos. Sin embargo, en la medida de los avances de las neurociencias y de la misma aplicación de psicofármacos en los adultos, es que se ha incrementado el entusiasmo por probar nuevos medicamentos en las patologías infantiles sin descuidar los lineamientos éticos y los derechos humanos de los niños. Ahora bien, en psiquiatría infanto-juvenil, como en cualquier otra rama de la medicina, siempre está presente el postulado de atender al niño vigilando su desarrollo y considerando las secuelas que los trastornos, llámense psicológicos, biológicos o sociales puedan dejarle. El interés de atenderlo integralmente se ve fomentado por las propias limitaciones madurativas del niño, lo cual hace necesario apoyarse en varias fuentes de información: padres, colegio y en tercer lugar está el medio ambiente donde crece el niño.
Todos estos factores han determinado que el procedimiento terapéutico desde la psiquiatría infanto-juvenil sea más enfático en cuanto a un abordaje integral.
Durante mucho tiempo el uso de psicofármacos en las etapas de la infancia se vio rodeado de resistencias tanto partiendo de los padres, quienes mostraban un rechazo absoluto a esta posibilidad, como de los propios especialistas, quienes ya fuera por la formación recibida, la falta de información precisa sobre los psicotrópicos y su mecanismo de acción, la adhesión a abordajes terapéuticos diferentes, o simplemente por un temor infundado se mostraban renuentes a incluir a la psicofarmacología dentro de su arsenal terapéutico. Sin embargo, el desarrollo actual de la psicofarmacología pediátrica ha venido a confrontar y cuestionar estos postulados tradicionales, fomentándose la utilización de los medicamentos, el mejor conocimiento de ellos y la investigación que aún así tiene que vencer serios obstáculos”.

¿Cuáles son los signos o síntomas comunes de la depresión?
1. Sensación de tristeza, ansiedad, o “vacío” que dura más de dos semanas.
2. Problemas para dormir.
3. Cambios del apetito, ya sea menor apetito y reducción de peso, o mayor consumo de alimentos y aumento de peso.
4. Pérdida del interés en hacer cosas que solía disfrutar, incluso el sexo.
5. Sensación de agitación e irritabilidad.
6. Síntomas físicos persistentes que no disminuyen con el tratamiento (como dolor crónico).
7. Dificultad para prestar atención, tomar decisiones o recordar.
8. Sentirse cansado todo el tiempo o como si no tuviera energía.
9. Sentirse culpable, desesperado, o insignificante.
10Ideas recurrentes de suicidio o de muerte.

¿Qué debo decirle a mi médico?
Si por alguna razón usted toma antidepresivos y tiene una reacción adversa o si acude a consulta psiquiátrica por primera vez, informe lo siguiente:
*Dígale a su médico o enfermera cómo se siente.
*Describa cualquier síntoma que tenga, como falta de apetito, cansancio persistente, problemas para conciliar o mantener el sueño, falta de interés en el sexo, o sentimientos de extrema preocupación.
*Diga qué síntomas le molestan más.
*Cuente de cualquier otra condición física o mental que tenga.
*Lleve a su consulta una lista de todos sus medicamentos, sean de farmacia sin receta o con receta. No olvide informarles si está tomando productos herbarios.
*Informe si ha tomado algún antidepresivo antes y qué resultados obtuvo.

Vanguardia

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