El Alto, 19 de junio.- Es sábado por la tarde, el día más ajetreado de la semana en el movimiento fiestero de El Alto. Wilson Chura (33 años) no descansa, trabaja casi todos los fines de semana atendiendo diversos eventos sociales, prestes, cabos de años, matrimonios, bautizos.
Chura, trabaja en ese oficio desde que tiene sus 15 años. Odisea Lira, Apocalypto, Condor Paza, Don Vico, han sido como su hogar durante las reiteradas veces que ha tenido que cumplir la función de garzón.
Vida de garzón
La recepción de la comparsa Unión Talleres acaba de comenzar. Chura destapa las primeras botellas de cerveza, tres cholitas algo gorditas relucientes por sus joyas exigen su atención, con el propósito de exclamar el primer ¡salud! de la fiesta, mientras, en el fondo una improvisada amplificación coloca la canción de Diego Soria, el Tomador.
Cuando las cervezas se han apoderado de la mayoría de los danzarines, ese laberinto de mesas y cuerpos sudorosos se transforma en un camino opulento para Chura. Esporádicas peleas, mujeres solitarias, cholitas aventureras y decenas de “¡servite!”, “¡salud!”.
A las 00.30, algunas personas se resisten a abandonar la calle. Chura, recoge vasos y gambetea la borrachera de sus clientes y con la voz semiapagada confiesa “tarde o temprano, los desvelos, el cigarrillo y el alcohol cobran factura”.
Texto y fotos: Adalit Martínez
Contactos: adalitmartinez@gmail.com
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