Redacción central, 10 jun.- La FIFA escondió la pelota a los brasileños de ingresos medios y bajos. Todo el comercio fue electrónico, al extremo que un inglés había comprado 668 boletos por Internet. El hombre sufrió el robo de su maletín en una ciudad de Turquía. La meta era vender las entradas del Mundial en el mercado negro.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil una semana antes del inicio del Mundial criticó abiertamente a la FIFA por “la apropiación del deporte por parte de entidades privadas y grandes corporaciones, sobre las que el gobierno (de Brasil) viene delegado responsabilidades públicas".
La Pastoral de Turismo de los obispos de Brasil censuró que "la inversión de prioridades cuando se trata de dinero público, que debe ser dirigido principalmente hacia la salud, la educación, saneamiento básico, transporte y seguridad".
Las sombras de la corrupción persiguen a los organizadores del Mundial de Brasil. Basta un dato: el estadio de Brasilia tenía que costar 300 millones de dólares, al final llegó a 900 millones.
Pero a tono del ser brasileño, la Iglesia Católica de Brasil al margen de condenar los errores en la organización apuesta por “un Mundial de paz” para todos los brasileños y turistas.
Sin embargo el pesimismo se apoderó de grandes figuras del fútbol brasileño como Ronaldo, el máximo goleador de los Mundiales con 15 goles, reveló que la FIFA está traumatizada con las protestas callejeras en Brasil.
"Estoy avergonzado porque los brasileños esperaban un gran legado. Reformas en los aeropuertos, obras de movilidad urbana. Los estadios están ahí. Para bien o para mal, van a estar listos. Sólo el 30 por ciento de lo prometido [obras de infraestructura] será entregado. Esto es lo que me avergüenza”, dijo a periodistas brasileños.
El gobierno de Dilma Rousseff logró desactivar la protesta de los trabajadores del metro de Sao Paulo que durante cinco jornadas colapsó el transporte de la ciudad industrial de Brasil.
También se frenó el reclamo del Movimiento de Trabajadores Sin Techo porque en inmediaciones del estadio de Corinthians se construirán viviendas populares porque se logró un subsidio estatal de unos 34.500 dólares por cada construcción.
En lo estrictamente futbolística, Brasil parte como favorito para ganar su sexta estrella, aprovechando su condición de local. Sin embargo, los expertos vaticinan que la sorpresa del Mundial será la producción de los seleccionados africanos (Nigeria, Costa de Marfil o Camerún).
ANF
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