Soledad Chapetón, política

“Samuel Doria Medina se sienta (a hablar) con gente que no es rica. Es un k ’ara diferente”

Texto y fotos: Cecilia Lanza

Carmen Soledad Chapetón Tancara nunca tuvo muñecas ni autitos pero se metió a jugar allí donde juegan los hombres. Y de la nada (2%) acabó en un segundo lugar casi imposible (32%), a sólo cuatro puntos del vencedor (36%), disputando una plaza tradicionalmente masculina: la Alcaldía de El Alto.

Ser mujer, tener 29 años y meterse en política desde la vereda del frente no debe ser poca cosa. De todos los insultos recibidos que pasaron por su vínculo con el empresario “cementero” Samuel Doria Medina, o su no afiliación al partido de Evo Morales, el que más le dolió fue aquél que le dijo: “Qué va a hacer una mujer allí”. Pero tal vez porque de niña jugaba con tierra, Soledad aprendió a sacudirse la mugre, a seguir sin quitarse la falda. Considerada una “sorpresa” electoral en la piñata política, Soledad —junto a la alcaldesa electa de Oruro— es la prueba fehaciente de que para las mujeres la política sigue siendo una epopeya.

Soledad pertenece a la primera generación de nacidos en El Alto. Es —repite— alteña. Sus padres y abuelos, en cambio, llegaron desde las provincias Camacho y Pacajes. Su papá, Luis, es un policía cuya honestidad ella defiende alegando que no tiene una casa de tres pisos. “Si tenemos una casa mejor ahora, y te soy sincera, es gracias a mi trabajo y al esfuerzo de mis hermanos”, comenta. Su mamá, Dalila, sólo pudo concluir la escuela primaria y fue vendedora de comida durante muchos años hasta que logró un puesto en la Alcaldía, que en El Alto es como la casa grande donde el que no cae resbala.

Soledad, que estudió Ciencias de la Educación en la Universidad de San Andrés de La Paz, entró a la Alcaldía alteña como bibliotecaria y aunque salió “porque no tenía aval político” su estadía fue suficiente para iniciarse como funcionaria pública diseñando PDMs (Planes de Gobierno Municipal) y pasar pronto a la arena política, casi por accidente. Y es que al modo de un call center de un barrio cualquiera, Unidad Nacional (el partido de Doria Medina) había instalado una oficina en la esquina de la casa de Chapetón. Y ella pisó el palito.

“Uno de esos días me quedé en la esquina, me bajé, entré y participé en una reunión, luego en otra y otra. Yo era discurseadora pues, me gustaba hablar, sugerir, proponer. Hice algunas amistades y después de unos cuatro meses me nombraron para que sea candidata a la Asamblea Constituyente”.

“Soledad, tu nombre está en el periódico, me avisaron. Yo dije: ¿Qué? Luego pensé: A ver, cómo se hace eso. Y lo primero que me vino a la cabeza fue: debe de ser un gasto de dinero. Hablé con mi familia y asumí. Como era joven tenía algo de ahorro. Nos apoyaron también en el partido con algo de material. Fui candidata y he salido”.

Chapetón, Tancara, Patana, Mamani... ¿Es posible para un Suárez vivir en El Alto sin que le digan k’ara de mierda?

Sí. Porque más allá de que haya mayoría de mamanis, quispes o condoris, lo que estigmatiza a la persona es cuando ves que tiene poder económico y cuando tiene la tez clara. Ése era un estigma. Pero creo que las cosas han cambiado. La gente ha madurado.

¿Samuel Doria Media es un k’ara?

Es k’ara por ser blanco y porque tiene una empresa de poder económico importante.

Estás hablando de uno de los hombres más ricos de este país.

Que se sienta con gente que no lo es. Yo no soy del nivel de Samuel, ni tengo microempresa y me junto con Samuel y tomo decisiones con él. Eso hace la diferencia. Él es un k’ara diferente.

Las mujeres, para ser creíbles, se vuelven hombres. ¿Cuál es tu travestismo?

Ninguno. Yo siempre he hablado con el corazón en la mano. Sí he recibido algunos “tips” para que la gente me entienda. Eso he aprendido de ellos, pero sin necesidad de ser como ellos.

¿Hay un lado absolutamente femenino?

El sexto sentido que todos reconocen.

Hablemos de sexo. El 60% de los alteños son jóvenes. Las mujeres tienen en promedio cinco hijos y siete de cada diez personas son pobres. ¿Qué les decimos a esos jóvenes: que sigan procreando con esperanza o que usen condón?

Que usen condón. Eso no quiere decir que hagan lo que quieran desde mañana, sino que la piensen dos o tres veces. Hay una población muy grande en El Alto que tiene embarazos no deseados y hay abortos.

Las trabajadoras sexuales piden higiene. Qué hacemos, ¿limpiamos sus lugares de trabajo o las mandamos a las calles?

Estoy convencida de que ése no es un trabajo. Ellas necesitan opciones laborales.Las mujeres tenemos pues iniciativa.

¿Si fueras Presidenta qué harías?

Qué no haría.

¿Alguna vez has robado algo?

No. Quizás 20 centavos a mi mamá para mi recreo, pero le decía.

¿Cuál es tu peor sueño?

Que mis padres me dejen en esta vida.

¿Cómo quisieras morir?

Sin sentir nada. Te duermes y ya.

¿Tu peor defecto?

Soy muy renegona. También, desconfiada.

¿Qué te pone de muy mal humor?

La presión de la gente.

¿Cuál es tu lado más sexy?

Creo que mi colita.

¿El tamaño es importante?

No. (Risas). ¡Tus preguntas pero…!

Es que eres muy seria

¿Te parece? Nunca fui de las de ja,ja,ja.

¿Usas falda?

Sí, en días de calor y en fiestas.

¿Qué tienes de tu nombre?

Quizás cuando necesito meditar o tomar una decisión importante prefiero hacerlo en “Soledad”.

Fuente Revista Pie Izquierdo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GENIAL !!!
SOLEDAD CHAPETÓN... UNA ALTEÑA DE VERDAD... !!
QUE PENA QUE NO HAYAS SALIDO ALCALDESA...
SEGURO QUE CON FRAUDE TE GANARON..
PERO LA SIGUIENTE, SEGURO QUE LO SERÁS... !!!
FELICIDADES MUJER ALTEÑA.. FELICIDADES SOLEDAD !!!

Anónimo dijo...

Estos indígenas son los que son los verdaderos racistas, al distinguir k´aras, blancoides y otras cosas. Los aymaras son un pueblo que mal han salido de la edad de la piedra, mientras los bolivianos ya estamos en la era espacial.