La Paz y Cochabamba, 20 ago.- Formado en economía y sociología en centros mexicanos, el ex alcalde de La Paz, Julio Mantilla Cuéllar, fallecido el fin de semana en la ciudad de Cochabamba a los 61 años, se metió en los anales de la historia de la ciudad a fuerza de rebeldía y orgullo de su extracción "cholo indígena", según declaró en 2008 a un programa de televisión.
Mantilla, alcalde de La Paz entre 1991 y 1993, se vinculó a la política criolla por vía de la endogenista Conciencia de Patria (Condepa), del desaparecido Carlos Palenque Avilés.
Mantilla se formó en la vanguardia intelectual de Condepa que rescató los principios de la doctrina de la escuela cepalina del economista uruguayo Raúl Prebish, que profesó en la década de los '60 el modelo de desarrollo desde adentro.
Mantilla, que supo ser diputado por La Paz durante el período constitucional 1989-93, fue el primer alcalde de La Paz en sostener y ganar un pleito a la Embajada de Estados Unidos.
Mantilla es recordado por un intenso debate que sostuvo con el entonces alcalde conservador de La Paz, Ronald McClean, en la campaña para la comuna local en mayo de 1991.
Durante su gobierno municipal, el alcalde Mantilla, uno de los primeros en la clase política criolla en hablar de Pacha Kuti y colocar en boca y oído de los paceños la consigna 'Jallala La Paz', slogan de su campaña en el amanecer de los '90, obligó a la Embajada de Estados Unidos a recorrer 60 cm un muro perimetral de concreto, de decenas de toneladas que había invadido una acera.
El retroceso del muro de 60 m de longitud y casi 3m de altura costó a la Secretaría de Estado de EEUU poco más de un millón de dólares y el traslado de un moderna maquinaria con fuerza para jalonar, se estima cerca de medio millar de toneladas de concreto y acero.
Emboscado por la muerte en la localidad de Sipe Sipe, Cochabamba, este profesor de economía y sociología de la pública Universidad de La Paz, caracterizó su gestión por un alto contenido indigenista.
Mantilla hablaba, leía, y escribía el aymara, lengua de oído materno.
El exalcalde de La Paz, que rompió con Palenque por la influencia que en él ejercía su círculo íntimo, según el mimo denunció a los medios al promediar la década de los '90, repuso el Jisk'a Anata, el carnaval paceño de antaño.
Mandó a construir el parque ecológico Tupac Katari, en el suburbio paceño de clase media Cota Cota, de La Paz, lo mismo que otro parque de recreo Bartolina Sisa, en la exclusiva Aranjuez, en reconocimiento a los líderes indígenas de las rebeldías indígenas de 1781.
También el museo del Zambo Salvito, en la populosa zona de Santa Rosa.
La política llevó a bautizarle con una locución muy propia de la viveza criolla de los paceños: 'zapato roto'.
Mantilla fue capaz de trocar un sarcasmo, proferido por Palenque, que alzó el defecto de una de las suelas del ex alcalde y que parafraseó el estribillo de un rock argentino de principios de los '70, en la idea madre de su campaña a la Alcaldía de La Paz.
Muerto a causa de una enfermedad que le minó la salud en los últimos meses, Mantilla será también recordado por el traslado del zoológico de La Paz, del antiguo 'Parque de los Monos', a la zona de Mallasa.
Mantilla, alcalde de La Paz entre 1991 y 1993, se vinculó a la política criolla por vía de la endogenista Conciencia de Patria (Condepa), del desaparecido Carlos Palenque Avilés.
Mantilla se formó en la vanguardia intelectual de Condepa que rescató los principios de la doctrina de la escuela cepalina del economista uruguayo Raúl Prebish, que profesó en la década de los '60 el modelo de desarrollo desde adentro.
Mantilla, que supo ser diputado por La Paz durante el período constitucional 1989-93, fue el primer alcalde de La Paz en sostener y ganar un pleito a la Embajada de Estados Unidos.
Mantilla es recordado por un intenso debate que sostuvo con el entonces alcalde conservador de La Paz, Ronald McClean, en la campaña para la comuna local en mayo de 1991.
Durante su gobierno municipal, el alcalde Mantilla, uno de los primeros en la clase política criolla en hablar de Pacha Kuti y colocar en boca y oído de los paceños la consigna 'Jallala La Paz', slogan de su campaña en el amanecer de los '90, obligó a la Embajada de Estados Unidos a recorrer 60 cm un muro perimetral de concreto, de decenas de toneladas que había invadido una acera.
El retroceso del muro de 60 m de longitud y casi 3m de altura costó a la Secretaría de Estado de EEUU poco más de un millón de dólares y el traslado de un moderna maquinaria con fuerza para jalonar, se estima cerca de medio millar de toneladas de concreto y acero.
Emboscado por la muerte en la localidad de Sipe Sipe, Cochabamba, este profesor de economía y sociología de la pública Universidad de La Paz, caracterizó su gestión por un alto contenido indigenista.
Mantilla hablaba, leía, y escribía el aymara, lengua de oído materno.
El exalcalde de La Paz, que rompió con Palenque por la influencia que en él ejercía su círculo íntimo, según el mimo denunció a los medios al promediar la década de los '90, repuso el Jisk'a Anata, el carnaval paceño de antaño.
Mandó a construir el parque ecológico Tupac Katari, en el suburbio paceño de clase media Cota Cota, de La Paz, lo mismo que otro parque de recreo Bartolina Sisa, en la exclusiva Aranjuez, en reconocimiento a los líderes indígenas de las rebeldías indígenas de 1781.
También el museo del Zambo Salvito, en la populosa zona de Santa Rosa.
La política llevó a bautizarle con una locución muy propia de la viveza criolla de los paceños: 'zapato roto'.
Mantilla fue capaz de trocar un sarcasmo, proferido por Palenque, que alzó el defecto de una de las suelas del ex alcalde y que parafraseó el estribillo de un rock argentino de principios de los '70, en la idea madre de su campaña a la Alcaldía de La Paz.
Muerto a causa de una enfermedad que le minó la salud en los últimos meses, Mantilla será también recordado por el traslado del zoológico de La Paz, del antiguo 'Parque de los Monos', a la zona de Mallasa.
ABI
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