Apenas tenemos tiempo de aburrirnos. Los horarios sobrecargados de actividades parecen haber borrado "uno de los nuevos tabĂșes de nuestra sociedad", afirma Odile Chabrillac, autora de "C'est dĂ©cidĂ©, je pense Ă moi" (Decidido, pienso en mĂ) . A menudo incĂłmodo, el aburrimiento apenas se busca, mĂĄs bien se evita. Sin embargo, recobrarlos podrĂa hacernos mucho bien.
El aburrimiento estĂĄ dotado de muchas virtudes. "En primer lugar, aburrirse abre el camino hacia uno mismo, hacia los verdaderos deseos", afirma Chabrillac. Ocupados en realizar un sinfĂn de tareas, absorbidos por tantas demandas externas, hemos perdido ese vĂnculo preciado con nuestro interior. Este rato "fuera del tiempo" podrĂa convertirse en una autĂ©ntica cita con nosotros mismos.
¿Beneficios inmediatos? El aburrimiento obliga a escapar, a poner coto a los mandatos que nos hemos impuesto y que nos agotan.
El aburrimiento estĂĄ dotado de muchas virtudes. "En primer lugar, aburrirse abre el camino hacia uno mismo, hacia los verdaderos deseos", afirma Chabrillac. Ocupados en realizar un sinfĂn de tareas, absorbidos por tantas demandas externas, hemos perdido ese vĂnculo preciado con nuestro interior. Este rato "fuera del tiempo" podrĂa convertirse en una autĂ©ntica cita con nosotros mismos.
¿Beneficios inmediatos? El aburrimiento obliga a escapar, a poner coto a los mandatos que nos hemos impuesto y que nos agotan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario