Cinco perros y gatos tengan un hogar en Bolivia

Este fin de semana se llevó a cabo el “Perrotón de Adopciones” en el que se ayudó a que animales callejeros encuentren un nuevo hogar en la ciudad de La Paz.

Unas colas peludas se mueven de izquierda a derecha y las lenguas largas cuelgan de los hocicos. Así, cinco perros callejeros esperaban ayer ser adoptados en la plaza del Bicentenario, junto al atrio del monoblock de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

El evento, llamado “Perrotón de Adopciones”, organizado por la Fundación Amor por los Animales Bolivia (APLAB), logró este fin de semana que dos gatos y tres perros que vivían en las calles ahora tengan una casa y una nueva familia.

Es el caso de Oso, un can de ocho meses, color crema y los pelos desordenados. Salta de un lado a otro y lame los rostros de los interesados. Esta conducta juguetona y cariñosa llama la atención de Pedro Ticona, de 31 años, un taxista que se declara amante de los animales.

“Tengo cinco gatos y dos perros en mi casa en Chuquiaguillo. He visto que mis dos hijos se encariñaron con Oso y lo llevaremos a la casa”, asegura.

A Ticona le dan un formulario que lo llena con datos de su casa, teléfonos, entre otros. Además, según Sofía Heredia, integrante de la directiva de la fundación APLAB, se piden fotocopias de carnet de identidad y de las facturas de agua y luz.

“Después de una evaluación de la directiva se le otorga al solicitante un certificado de adopción”, explica la voluntaria.

Heredia dice que el único costo y requisito importante que tiene que cumplir el interesado es pagar por la esterilización, “que tiene un costo de 100 bolivianos en una veterinaria llamada Vetsur con la que tenemos un acuerdo”.

Oso, que antes comía las sobras de una pensión, fue rescatado hace tres meses de la zona Cristo Rey. Tenía moquillo (resfrío canino) y fue curado y cuidado en un hogar temporal.

Gordito es un pequeño can de ocho años. Lo rescataron en enero pasado en la Plaza del Estudiante donde vagaba por los restaurantes. Estuvo cojeando un tiempo debido a las patadas propinadas por los dueños de los negocios de comida, contó su rescatista Álvaro de la Quintana, de 16 años.

Ambos caninos ya fueron adoptados ayer; sin embargo, quedan más animales que desean una familia. Los interesados en adoptar pueden contactarse al celular 791-01650.

Página Siete

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