Ello ha provocado que hay cada haya un nuevo hallazgo científico sobre cómo controlarlo, tratarla y prevenirla. Si esta misma semana un trabajo publicado en PNAS identifica una bacteria esencial en el mantenimiento de la barrera de la mucosa intestinal y en la prevención de los trastornos metabólicos relacionados con la obesidad, ahora, otro estudio que se publica en Nature Communications ofrece datos esperanzadores de una proteína, presente en el tejido de los ratones, que se comporta como un importante regulador del metabolismo de la energía y el peso corporal. Los resultados, señalan sus autores, ofrecen una nueva diana potencial para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Algunas investigaciones previas realizadas en roedores ya había demostrado la implicación de esta proteínas, apolipoproteínas, en la regulación de las vías de señalización celular que se sabe que son importantes para el control del apetito. Sin embargo, hasta ahora no se habían determinado los efectos de una apolipoproteína, denominada clusterina, sobre el apetito.

Hipotálamo

Debido a que la clusterina se encuentra muy expresada en el hipotálamo, una región del cerebro que está directamente implicada en el control del apetito, el equipo de Min-Seon Kim, de la Universidad de Ulsan (Corea) se centró en esta proteína. Así, inyectaron una dosis de clusterina en el hipotálamo de ratones y vieron que favorecería los efectos de la leptina, una hormona que regula la ingesta y gasto energético; como resultado se produjo una reducción de la ingesta de alimentos así como una pérdida de peso.

En el estudio también se han identificado autores otros componentes clave que son esenciales para la vía de señalización de leptina-clusterina y, reconocen, aunque estos estudios se han llevado a cabo en ratones, esperan que estos hallazgos conduzcan a nuevos enfoques terapéuticos para su aplicación clínica para en personas en las que las estrategias actuales para el control de la obesidad no tienen éxito.