Por su estratégica ubicación geográfica, por la facilidad de acceder a terrenos y por una serie de ventajas que ofrece la municipalidad para la inversión, El Alto se consolida como municipio empresarial, atractivo para la pequeña, mediana y gran empresa. Como muestra un botón: solo en un año, el registro de empresas casi se duplicó.

A la fecha, la urbe alteña alberga a 12.273 empresas activas, cifra que en enero de 2013 era de 6.176, es decir que en un año se experimentó un crecimiento del 99%, según datos de Fundempresa, fundación que opera el Registro de Comercio de Bolivia.

Del total de las firmas reportadas, 4.816 se dedican a la venta al por mayor y menor, 2.243 a la construcción y 1.343 al transporte y almacenamiento. 10.984 son unipersonales, 1.266 sociedades de responsabilidad limitada, 20 sociedades anónimas y dos son de otro tipo societario.

El oficial mayor de Desarrollo Económico y Productivo de la Alcaldía, Édgar Velasco, recuerda que el municipio ofrece diversas ventajas para la inversión.

Cita, por ejemplo, su ubicación, que es estratégica considerando que se halla en el ruta de tránsito comercial para trasladarse tanto a Perú como a Chile.

La facilidad para acceder a propiedades es otra virtud, dice. “Un empresario con visión de industria necesita invertir, lo hace aquí porque los terrenos son los más baratos de todo el país, pero más baratos para el inversionista, para el capitalista”, apunta.

Progreso. De acuerdo con Fundempresa, el boom del crecimiento empresarial en la urbe alteña se inició en 2009. Para dar una idea del fenómeno, da cuenta de que solo en enero de este año se registraron 501 nuevos negocios y que en el mismo mes del año pasado llegaron a 309, es decir, un aumento del 62%.

El rubro en el que trabajan las firmas corresponde, en su mayoría, —según el Plan de Desarrollo Municipal de El Alto 2007-2011— al de la “fabricación de prendas de vestir, adobo y teñido de pieles”. Le sigue la industria de muebles, de productos elaborados a base de metal, artículos alimenticios y textiles, áreas en las que predominan las microempresas.

Velasco destaca que la ciudad cuenta con la Ley de Promoción Económica N° 2685 que, entre otras características, excluye a las empresas asentadas en la ciudad del pago del Impuesto a las Utilidades por diez años, y en caso de que el empresario quiera construir en su predio, lo exime del impuesto a bienes inmuebles por tres años. “Además, cuando requiere importar maquinaria del exterior para mejorar su producción o insumos, puede hacerlo con arancel cero. Son las ventajas que le da la normativa cuando un empresario viene a invertir”.

Adicionalmente, El Alto se convertirá en unos meses en el primer municipio en contar con un Centro de Innovación Productiva en madera y textiles, donde se especializará a las personas de escasos recursos con previa experiencia en ambos rubros. Según Velasco, la infraestructura equipada estará ubicada en el Distrito 4 y se entregará en julio.

Otro factor que se considera ventajoso en la perspectiva de una ciudad atractiva para las inversiones y con mayor desarrollo económico, es la construcción del Parque Industrial que impulsa la Gobernación de La Paz y que será edificado en Kallutaca, en el municipio de Laja. La municipalidad de El Alto ve en el proyecto una oportunidad para desarrollar la producción y el intercambio comercial pues el complejo se ubicará muy cerca de la urbe alteña.

La megaobra estará en un punto estratégico del corredor de exportación La Paz-Desaguadero y está proyectada para integrar a 105 unidades industriales que dispondrán de todos los servicios básicos, incluido gas natural.

Por otro aldo, el alcalde Édgar Patana destaca como factores que dinamizan la economía alteña los ingresos que dejan los impuestos a los inmuebles (en 11 años su población creció en 29%) y el comercio. Sobre este último, explica que al no haber fuentes de empleo, en el pasado “gran parte de la gente buscó sustento diario en pequeños puestos de venta. El sector gremial hizo que El Alto sea un lugar visible en la economía”.

Admite que los gremialistas no aportan mucho al municipio al ejercer un trabajo individual, pero destaca que con ellos se mueve buena parte de la economía.