Historias de los conductores de minibús de El Alto

Todos los días de la semana se levanta a las cuatro de la madrugada sin horario de retorno, con el objetivo de trabajar como conductor de minibús. Actualmente está casado con Paola Mamani y tiene dos hijos.

Félix Aliaga (31) hace 12 años trabaja en el Sindicato Ciudad Satélite, día a día funge como conductor de las líneas 615, 686, 669, 713, recorre desde la zona 25 de Julio hasta Villa Exaltación, atravesando Estrellas de Belén, Franz Tamayo, Lotes y Servicios, Villa Dolores, Satélite, etc.

Así como Félix, decenas de padres de familia efectúan el trabajo de conductor de minibús por la profunda crisis que llegó casi a todas las familias de El Alto.

Vidas de conductores

La demanda de conductores es amplia debido a la gran cantidad de minibuses, sin embargo es también una dura competencia el rol que les toca desempeñar por tener bajo su custodia 15 pasajeros que recorren las principales calles de El Alto y La Paz.

Al concluir el día el conductor debe cancelar a su voceador el 15% del total recaudado.

Muchos dueños de minibuses con el propósito de evitar egresos en la economía familiar vieron por conveniente la incorporación de las esposas en el rol de voceadoras, a cuya consecuencia los hijos en edad infantil son llevados a esa fuente laboral.

Por lo general los conductores de minibús son de procedencia indígena-aymara, su tarea principal es administrar los ingresos del minibús, desde centralizar los pasajes de los usuarios hasta la mantención mecánica del móvil en los talleres automotrices.

El Alto, es la segunda ciudad más poblada del país, la economía informal es la principal característica, el negocio con el minibús es vista de manera más inmediata a comparación de implementar un taller o pequeña fabrica, donde se requiere materias primas, insumos, obreros, clientes, etc.

Sombras

“Ser conductor de minibús es un trabajo informal, que lleva una serie de desventajas como el de no contar con seguridad social, desatenciones en salud, educación y ningún derecho a la jubilación”, explicó el politólogo Rolando Mamani.

Varios conductores trabajan con sus esposas, las féminas se convierten en mujeres voceadoras. Al interior del minibús también llevan a sus hijos que no pasan los cinco años. La mayoría son bebés, denotando así, la informalidad y total precariedad de este trabajo.

Molestias

Raúl Catari, profesor universitario, relata que desde sus siete años viaja en minibuses, denota que existe muy poco respeto al pasajero por parte de los voceadores y choferes.

A pesar de las adversidades Félix es un ejemplo para sus hijos, por facilitarles educación, salud, dinero y amor. Sin duda, historias con la misma relevancia se repiten en decenas de familias de alteños.

Texto y fotos: Alberto Medrano


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