Caldinas son el dulce para los cogoteros de El Alto

Los delincuentes denominados cogoteros, porque estrangulan a sus víctimas, adoptaron un nuevo modo de operar en El Alto. Ahora se disfrazan de invitados y fingen estar ebrios para abordar y luego atacar a sus víctimas.

Estas nuevas formas de delinquir hacen que las muertes por estrangulamiento sean cada vez más frecuentes, según el jefe de la división de Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de El Alto, suboficial Óscar Poma.

Uno de los sectores en el que más operan estos antisociales es la Ceja. “Se echan mixtura en la cabeza (simulando ser parte de una fiesta), andan cabizbajos para no ser reconocidos, fingen estar ebrios y suben al coche (de la víctima”, contó Poma.

Al notar el supuesto estado de ebriedad de los pasajeros, los choferes no se percatan del peligro que corren, por lo que en el momento menos esperado son reducidos por lo delincuentes.

Los cogoteros aprovechan la oscuridad de la noche y la gran cantidad de locales en las cercanías para poder concretar sus objetivos, según el jefe policial.

En 2012 se registraron 29 casos de muertes por estrangulamiento. Del 1 de enero al 25 de febrero de este año hubo cinco casos.

De esos 34 decesos en total, 27 corresponden a conductores de taxis y otro tipo de servicios.

Otra forma de operar

Otro de los métodos que utilizan los cogoteros, según Poma, es ofrecer pagar un precio más alto del solicitado inicialmente por el conductor del taxi.

“El chofer pide 30 bolivianos por llevar a un pasajero, entonces éste le dice que le pagará 50 para que le lleve más rápido. El conductor accede, pero se expone a un ataque por parte de estos delincuentes”, explicó.

Los delincuentes utilizan cuerdas de nylon, chalinas y hasta corbatas para estrangular a sus víctimas. Pero en las últimas semanas el uso de armas de fuego se intensificó, afirmó Poma.

Además de la Ceja de El Alto, existen al menos cuatro zonas más en las que los cogoteros actúan: la zona 16 de Julio, Santa Rosa, Villa Dolores y Río Seco.

No obstante, no sólo los conductores están en riesgo de ser atacados por estos antisociales. Los pasajeros también están en constante riesgo.

“Los delincuentes operan en vehículos para varios propósitos, trata y tráfico de personas, secuestro, violaciones y también robo”, explicó Poma.

Cuando estas bandas operan desde un motorizado, los supuestos conductores se muestran excesivamente amables con sus posibles víctimas, al punto de rebajar en demasía y de manera inmediata el precio del pasaje.

“Son insistentes y hasta siguen al pasajero para poder convencerlo que se suba al vehículo. Además se estacionan en las puertas de los bancos para robar a las personas que realizan transacciones bancarias”, indicó.

La FELCC recomienda a los pasajeros y conductores que tomen en cuenta esos factores, antes explicados, para no ser víctima de los cogoteros. Poma aconsejó no circular hasta altas horas de la noche, en ambos casos.

Página Siete

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