Cuando se está enamorado y se tiene una relación estable, por lo general, se planea un futuro con la pareja, un panorama perfecto, sin embargo, todo en la vida es impredecible y esto permite en muchas ocasiones el reconocimiento del dicho famoso “nada es para siempre”. Y justo en ese momento todos los planes pueden irse abajo, dejando desilusión, sentimientos encontrados con una ruptura.

La mayoría de las rupturas siempre terminan mal, el odio, dolor, la culpa invaden la mente y el cuerpo de cada ser generando un desconocimiento personal fuerte. Las dudas surgen, ¿Cómo hago para que no me duela?, ¿Qué sentirá él/ella?, ¿Esta ruptura será para siempre? Entonces, ¿Qué se debe hacer en realidad?

“Aceptar la pérdida, asimilar lo que está sucediendo y dedicarse tiempo para uno mismo, es el principal consejo", asegura la Dra. Chiquinquirá Blandón, psicóloga y fundadora de la Clínica del Amor en Medellín.

Pero en realidad no es tan fácil como decirlo, todos lo saben; es un proceso por el cuál debe pasar cada persona, el que deja y al que lo dejan.

Para ello, lo recomendable es:

• Dejar las cosas muy claras expresando lo que cada uno siente confrontando así la realidad.

• Cuándo se dice: “No quiero estar contigo”, lo mejor es alejarse y respetar, eso genera un espacio de tiempo y una aceptación al deseo del otro. No rogar, no suplicar y no amenazar es lo más recomendable para mantener un aura tranquila con uno mismo y con el otro.

• Al sentir que la soledad golpea la vida, buscar a una nueva persona para una nueva relación no permitirá que se realice el duelo necesario cuando se da una pérdida. No es una opción.

• El autocuidado es fundamental, dedicarse tiempo para hacer cosas que a cada uno le gusta ayuda a no sufrir el desconocimiento que se genera.

• Nunca estar sólo, buscar a los buenos amigos, compartir actividades y recuerdos de años, hace que el espíritu se renueve. Es importante tener la opción de ir a casa sólo a dormir y que el espacio más utilizado, sea la alcoba, la sala se renueve constantemente, cambiando de lugar la posición de los muebles, cuadros, entre otros.

• Otra recomendación muy importante de la Dra. Chiquinquirá es generar un control de la mente, no imaginar a la otra persona con otro u otra, tampoco preguntarse con obsesión ¿Por qué me dejó?, ¿Por qué sufro?, realizar esta actividad mental es verse acabado.

• Expresar las emociones de la manera que se quiera, sea llorar, escribir, cantar, viajar, hace parte del duelo.

Por otro lado, cuando la relación está muy complicada y difícil y las dos personas son conscientes de lo que está sucediendo, una buena manera de no generar tanto daño es mediante una preparación para la ruptura con la ayuda de un psicólogo de pareja. De esa manera se generará la expresión de sentimientos y emociones, la reacomodación a la vida que deben empezar a vivir sin el otro y finalmente el reconocimiento de ayuda profesional y personal.

En este punto se puede acudir a un psicólogo personal, psiquiatra o especialista. También leer un libro que hable sobre el tema para sentir una identificación más personal de lo que sucede.

Una de las recomendaciones es el libro El Duelo Afectivo de la Dra. Chiquinquirá. En él se encuentra todo lo relacionado con una ruptura amorosa, lo que implica, las tareas que se generan alrededor de esto y al final el reconocimiento de que el duelo es una crisis de crecimiento personal.