Consejos para el cuidado de la piel femenina

Con la llegada del frío y de las bajas temperaturas, su piel puede sufrir más de la cuenta, y si no le da los cuidados necesarios puede resultar gravemente dañada. Aquí las claves para brindarle la atención que se merece.

No todas las pieles son iguales, el grado de sensibilidad es diferente y por tanto su reacción también. Por esta razón, es importante que cada persona conozca con exactitud las características de su piel y el grupo al que pertenece: grasa, normal, seca y muy sensible, indica la cosmetóloga, Nancy Eklund.

Conociendo la piel. La piel muy sensible se caracteriza por ser muy irritable tanto con los cambios de temperatura o las alteraciones climatológicas como por el roce con ciertas prendas de vestir. Asimismo, este tipo de piel tiende a sonrojarse y alterarse con facilidad. Mientras que la piel seca suele agrietarse y resecarse con facilidad si se le somete al aire frío y también necesita una adecuada hidratación. A su vez la piel grasa aguanta mejor los cambios bruscos de temperatura, así como los rigores propios del invierno y el verano.

Causantes. Los factores asociados al invierno que afectan de forma negativa a la piel son el frío, el viento, la humedad, los cambios bruscos de temperatura ambiental o la sequedad producida por calefacciones con excesivo calor.

Que sí y que no

Cómo tratar la piel y sus principales errores en sus cuidados.

>Lugares claves. Hay que hidratar todo el cuerpo, especialmente la cara y las manos, ya que son las partes más expuestas a bajas temperaturas.

>Jamás lo olvide. Los labios, resultan muy dañados por el frío, se recomienda usar protectores labiales con protección solar y sobre todo evite humedecerlos con saliva cuando estén secos, porque produce una irritación y sequedad aún mayor.

>No abuse de las duchas y baños calientes. Perjudica la piel y es malo para la circulación. Además, tras la ducha se aconseja terminar siempre con un chorro de agua fría, sobre todo en las piernas.

> No abuse del jabón. Asegúrese que sea el apropiado para cada tipo de piel. Se recomiendan que sean suaves, neutros y no agresivos. Los mejores son los de avena. Es importante usar jabones apropiados para los niños.

> Cambios extremos. Se aconseja tener cuidado con los cambios de temperatura al entrar y salir de los locales con calefacción, el paso del frío al calor o viceversa es negativo para la piel, sobre todo para las sensibles.

> Precaución. Los pacientes con piel seca, sensible o enfermedades cutáneas que empeoran en invierno deben procurar aumentar la humedad ambiental de la vivienda o lugar de trabajo.

Alimentación


>Procure comer. Pescados como el salmón, el atún y la trucha son especies ricas en omega – 3, ácidos grasos esenciales que también ayudan a la piel a estar más humectada y suave.

>Incorpore tomates a su dieta. Son ricos en vitamina A y otros nutrientes, también sirven de “barrera natural” para su piel frente a los rayos UV del sol. Sea en invierno o más aún en verano, siempre consuma tomates frescos y mejor si son orgánicos para potenciar la protección cutánea.

> Antiarrugas. Para prevenir las, nada mejor que incorporar suficientes frutas cítricas: la vitamina C no sólo refuerza el sistema inmunes sino que también es un buen antioxidante y evita o reduce el envejecimiento de la piel.

> Alimentos saludables. Las ostras, cangrejos y algunas carnes rojas magras son buenas fuentes de zinc, mineral que actúa benéficamente sobre la piel, suavizándola y mejorando su aspecto. Además, tiene propiedades curativas y ayuda en caso de acné, marcas o cicatrices.

>Infaltable. Recuerde beber su taza de té verde diaria: esta infusión es una de las más ricas en antioxidantes. Además, tiene propiedades antiinflamatorias, para ayudar en casos de acné, y protege contra el cáncer piel.

>Efectivas.Las espinacas y verduras de hojas verde son también buenas fuentes de vitamina A, esencial para una piel saludable.

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