Bolivianos sufren Trata y Tráfico de personas en Brasil

La afectada volvió al país luego de haber trabajado cuatro meses como empleada y costurera en condiciones de semiesclavitud.

Una adolescente de 16 años denunció ayer a un grupo de personas que se dedicaría a captar a menores en la urbe alteña para llevarlos a Brasil donde supuestamente trabajan en condiciones de esclavitud, según expresó el teniente Boris Loayza, titular de la División de Trata y Tráfico de Menores de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de El Alto.

“De acuerdo con las declaraciones de la afectada, las condiciones laborales eran casi de semiesclavitud, efectuando trabajos desde las 07:00 hasta las 03:00 del día siguiente sin percibir ninguna remuneración y sin salir del domicilio donde trabajaba”, comentó el titular de la División de Trata y Tráfico de Menores.

En la acusación se menciona a Jhovana Cornejo Oblitas, quien fue identificada, supuestamente, como la persona que contactó a la menor, mientras que Albertina Arisaca Choque sería quien la habría recibido en el vecino país para ofrecerle la fuente laboral.

La afectada habría aceptado el traslado a Brasil debido a que le ofrecieron un trabajo por el que la cancelarían la suma de 250 dólares americanos por mes, acuerdo que nunca fue cumplido.

Según su relato, los supuestos malhechores habrían falsificado documentación incurriendo también en un delito de falsedad material e ideológica haciendo que a su llegada la menor cumpla con diferentes labores domésticas.

“Además, de acuerdo con la madre de la menor, las personas que lograron que saliera del país exigieron que la familia le entregue la suma de 350 dólares para que la misma pueda retornar a su ciudad de origen”, agregó la autoridad policial.

Por otra parte, indicó que se remitió a Cornejo al Ministerio Público para que su caso sea analizado por supuesta complicidad en el delito de trata y tráfico de personas junto a la falsificación de documentos donde se alteró la edad de la menor para poderla trasladar a la frontera.

Las investigaciones señalan que el modus operandi habría sido repetido con varias menores en la urbe alteña a las que se les ofrecía la suma de 250 dólares si realizaban trabajos livianos en otro país. Asimismo, Loayza sostuvo que en esta jornada se verificará si la acusada registra antecedentes por este tipo de delitos, tomando en cuenta la facilidad con la que llegaron a alterar los certificados de nacimiento y cédulas de identidad.

Entretanto, en la denuncia, la menor exigiría además que se le realice la cancelación de los cuatro meses de trabajo que realizó en condiciones extremas en el vecino país porque además de los trabajos hogareños la menor era sometida a actividades de costura a cargo, supuestamente, de Albertina Parisaca, dueña del taller clandestino.

Los datos policiales revelan que las oficinas de empleo en la ciudad de El Alto son uno de los posibles centros de captación de menores, dado que la mayoría de los anuncios ofrecen trabajos en otro país y los interesados no se informan sobre las garantías de las labores a las que los alteños recurren soñando con ganancias altas para la mantención de sus familias por trabajos que son supuestamente sencillos.

Por su parte, el Protocolo de Palermo define a la trata de personas como “la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con el fin de la explotación”.

El Diario

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