Servicio de peluquería y estilismo en El Alto

Desde hace varias décadas sobreviven algunos puestos en el sector Las Rieles de El Alto, donde el corte de pelo cuesta Bs 5.

Si se asoma por la Ceja de El Alto un jueves o domingo de feria, con seguridad verá una hilera de carpas instaladas en el sector Las Rieles, donde hace casi medio siglo se asientan peluqueros que ofrecen cortes de cabello y afeitado “al paso”.

Son puestos móviles sostenidos por estructuras de fierro forradas con plásticos y saquillos costurados, en reducidos espacios de no más de cuatro o cinco metros cuadrados.

Cosme Huanca se dedica hace 64 años a este oficio, 40 de ellos en la urbe alteña; es uno de los pioneros en la zona y todavía se siente con suficientes fuerzas como para continuar.

A estas peluquerías, según cuenta, asisten sobre todo gente de provincias, comerciantes y visitantes de la concurrida feria 16 de Julio. Es por eso que, al contrario de la mayoría de sus colegas, no tiene una clientela fija.

“Yo vivo en Achachicala y como vine a la feria aproveché para cortarme el cabello. Sólo vengo una vez al mes”, comenta Ricardo Nina, acomodado en una silla y cubierto con una tela para que el pelo no se quede en su ropa.

Si bien la especialidad de estos peluqueros son los “niños y caballeros”, una que otra vez atienden a mujeres. De todas maneras, la tarifa de cinco bolivianos por corte se mantiene en cualquier caso.

Un espacio particular

“¿Recorte?”, pregunta Juan Lima. “Sí, pase”, responde el peluquero Enrique Quelali, de 70 años, mientras alista sus instrumentos de trabajo.

Después de rociar un poco de agua sobre la frondosa cabellera del cliente, Quelali manipula la navaja, la tijera y la rasuradora eléctrica con destreza y agilidad que ponen en evidencia sus cinco décadas de experiencia.

Durante el proceso hay una especie de abismo entre los dos. Prima el silencio. Ninguno habla. Cada quien se ocupa de lo suyo.

Bastan 20 minutos para concluir la labor. Luego, como parte del servicio, quita los pelos del cuello con un cepillo de cerdas naturales y echa un poco de alcohol con un atomizador “para refrescar y desinfectar la parte rasurada”.

Concluido el trabajo, unos mechones quedan desparramados en el plástico acomodado sobre el suelo lleno de barro. Ésa es la forma más práctica de acopio de residuos y facilita la limpieza al final de la jornada, cuando los peluqueros recogen su puesto y se lo llevan en carretas de metal que brindan ese servicio.

Tradición que se pierde

Frente a los dos asientos del puesto de don Cosme Huanca están colgados dos espejos rectangulares, y en medio de ellos hay seis dibujos a colores y hechos a mano que muestran los estilos más usuales en el corte masculino, según una “moda chapada a la antigua”.

El medio pelo, la media melena, el medio hongo, el romano, el Firpo y el Joselito son los modelos que, según Huanca, son los más solicitados. “Los mandé a hacer con un gringo que dibujaba bien”, recuerda.

Esta suerte de catálogo desplegado es una de las características de estos salones, que atienden de 9:00 a 17:00 y que según los estilistas tienen un promedio de 40 clientes por día.

No obstante, cada vez hay menos puestos. “Ahora debemos ser tres o cuatro. Antes teníamos un sindicato pero la mayoría decidió dedicarse a otros oficios”, cuenta Roberto Yujra, de 57 años.

Casi sin excepción, estos trabajadores aprendieron el oficio de jóvenes, en los años 60 y 70, de ahí que la mayoría ronda la tercera edad. Todos empezaron como aprendices de peluqueros más experimentados. “Ésa era la mejor escuela -dice Yujra-, pero ahora ya no hay chicos que quieran dedicarse a esta noble profesión”.

Sometidos a la rutina de los jueves y domingos, estos “viejos maestros de las navajas” ofrecen un servicio popular, seguro y con precios al alcance de todos los bolsillos.

Datos y curiosidades de los peluqueros

Inicio

El origen de las peluquerías se remonta a la Edad Antigua de Egipto, donde los barberos cortaban el cabello, las uñas y también afeitaban. Con el tiempo trabajaron al aire libre y pasó a ser un servicio para esclavos también.

Otros puestos

En La Paz hay barberías con más de 60 años de tradición que ofrecen sus servicios en la avenida Saavedra de Miraflores, en Sopocachi y en la calle Santa Cruz. El precio promedio del corte es 15 bolivianos.

No te olvides

Protector solar est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt.

Zapatos

Cómodos Si saliste de noche no te falten los zapatos cómodos como tenis oy procura no llevar zapatos muy ajustados o descubiertos como sandalias para evitar lesiones en la malesa.

Tu bateria

No te olvides de llevar a la carga máxima la batería de tu celular y tus cámaras pues no es fácil de obtener ni el tiempo y lugar para ello.

Monedas

Procura llevar siempre moneda local fraccionada lo más posible para facilitar tus compras de artesanía.

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