El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, abrió la posibilidad de flexibilizar la ley 1008 para despenalizar el consumo y la producción de la hoja de coca que fue censurada por los organismos internacionales.
Cáceres señaló que fue un “error mundial” confundir a la hoja de coca con "droga" y a los que la consumen con “drogadictos”.
“Para la cultura de los bolivianos no hay despenalización ni prohibición, la ley 1008 coyunturalmente penaliza la hoja de coca (…) hay un error mundial, desde Naciones Unidas, (…) que Naciones Unidas y algunos estudiosos penalicen a la hoja de coca es problema de ellos, Bolivia es un Estado digno y soberano por tanto las políticas públicas están regidas en la Constitución Política del Estado, (¿Esto abriría la posibilidad de modificar la ley 1008?) Lógicamente”, sostuvo.
Asimismo, el funcionario justificó la necesidad de ampliar la producción legal de la hoja de coca a 20 mil hectáreas, como parte un tema de consolidación de las áreas permitidas.
“En la zona tradicional de los Yungas de La Paz sólo debe existir 12 mil hectáreas, más allá se tiene que erradicar, y en el trópico de Cochabamba no debe existir más de 7 mil hectáreas, lo que suman 19 mil hectáreas, pero por una cuestión de consolidar las políticas en materia de coca, reconocemos a Caranavi con mil hectáreas porque antes era zona productora”, argumentó.
Chapare, zona tradicional
Algunos dirigentes de la zona de los Yungas expresaron su descontento y rechazo a la propuesta de convertir al Chapare en zona tradicional de producción de coca.
Señalaron que "no se puede aceptar que el Chapare se convierta en una zona tradicional toda vez que se tiene que respetar los parámetros que delimita la ley 1008", ya que la coca que se produce en el Chapare, según los dirigentes, "tiene fines ilícitos y no de consumo".
“Ellos no pueden (proponer eso) porque la coca que ellos producen no va al consumo, simplemente esa coca se va al narcotráfico y ellos no pueden ser (zona) tradicional como en el sector de los Yungas”, aseveró un dirigente a radio Yungas de la Red Erbol que pidió no ser identificado.
En tanto, el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Germán Loza, señaló que el Gobierno debe trabajar más en cambiar la visión que tienen los organismos internacionales respecto al tema de la coca.
“Hay instituciones de la comunidad internacional que van formando sus opiniones respecto a lo que ellos ven (…) por eso lo que hay que impulsar es la industrialización (de la hoja de coca) que restaría a la opinión que ellos tienen”, acotó.
COB pide delimitar áreas de cultivo
El dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Nicanor Baltazar, dijo que el gobierno debería delimitar los territorios de cultivo de la hoja de coca. “Los cultivos de coca se expandieron y el gobierno no dispone de información exacta que identifique cuales son las áreas de cultivo excedentarios destinado supuestamente al narcotráfico”.
“Se dice que los cocaleros deben tener un cato de coca pero ese cato dónde está, hay que delimitar las áreas y determinar sectores de cultivo de coca (…) el gobierno debería s
ancionar con un decreto o una ley a aquellos que siembren fuera de las zonas establecidas”.
Asimismo Baltazar señaló que “la imagen internacional del país está en juego por lo que el gobierno debe trabajar en contra de la estigmatización que hay sobre la coca vinculada el narcotráfico y en contra de la población boliviana”.
Legalizar el narcotráfico
El senador de Convergencia Nacional, Bernard Gutiérrez, manifestó que el presidente Evo Morales debe dejar de favorecer a los cocaleros del trópico de Cochabamba y respetar la ley que califica al Chapare como zona en transición.
“No vamos a permitir ni a los productores de coca excedentaria ni a sus grandes representantes nacionales, que vengan a convertir Bolivia en un cato donde se produce coca para el narcotráfico”, sostuvo.
Entre tanto el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Julio Salazar, emplazó a los cuestionadores a demostrar la existencia de excedentes de hoja de coca y su relación con la fabricación de estupefacientes.
“Antes iba el 100 por ciento de la coca hacia el narcotráfico, pero ahora estamos apostando lo mínimo, por lo tanto con moral decimos a los que acusan que hay excedente que demuestren en qué lugares del trópico de Cochabamba hay, porque el control social está funcionando”, concluyó.
Erbol
Cáceres señaló que fue un “error mundial” confundir a la hoja de coca con "droga" y a los que la consumen con “drogadictos”.
“Para la cultura de los bolivianos no hay despenalización ni prohibición, la ley 1008 coyunturalmente penaliza la hoja de coca (…) hay un error mundial, desde Naciones Unidas, (…) que Naciones Unidas y algunos estudiosos penalicen a la hoja de coca es problema de ellos, Bolivia es un Estado digno y soberano por tanto las políticas públicas están regidas en la Constitución Política del Estado, (¿Esto abriría la posibilidad de modificar la ley 1008?) Lógicamente”, sostuvo.
Asimismo, el funcionario justificó la necesidad de ampliar la producción legal de la hoja de coca a 20 mil hectáreas, como parte un tema de consolidación de las áreas permitidas.
“En la zona tradicional de los Yungas de La Paz sólo debe existir 12 mil hectáreas, más allá se tiene que erradicar, y en el trópico de Cochabamba no debe existir más de 7 mil hectáreas, lo que suman 19 mil hectáreas, pero por una cuestión de consolidar las políticas en materia de coca, reconocemos a Caranavi con mil hectáreas porque antes era zona productora”, argumentó.
Chapare, zona tradicional
Algunos dirigentes de la zona de los Yungas expresaron su descontento y rechazo a la propuesta de convertir al Chapare en zona tradicional de producción de coca.
Señalaron que "no se puede aceptar que el Chapare se convierta en una zona tradicional toda vez que se tiene que respetar los parámetros que delimita la ley 1008", ya que la coca que se produce en el Chapare, según los dirigentes, "tiene fines ilícitos y no de consumo".
“Ellos no pueden (proponer eso) porque la coca que ellos producen no va al consumo, simplemente esa coca se va al narcotráfico y ellos no pueden ser (zona) tradicional como en el sector de los Yungas”, aseveró un dirigente a radio Yungas de la Red Erbol que pidió no ser identificado.
En tanto, el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Germán Loza, señaló que el Gobierno debe trabajar más en cambiar la visión que tienen los organismos internacionales respecto al tema de la coca.
“Hay instituciones de la comunidad internacional que van formando sus opiniones respecto a lo que ellos ven (…) por eso lo que hay que impulsar es la industrialización (de la hoja de coca) que restaría a la opinión que ellos tienen”, acotó.
COB pide delimitar áreas de cultivo
El dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Nicanor Baltazar, dijo que el gobierno debería delimitar los territorios de cultivo de la hoja de coca. “Los cultivos de coca se expandieron y el gobierno no dispone de información exacta que identifique cuales son las áreas de cultivo excedentarios destinado supuestamente al narcotráfico”.
“Se dice que los cocaleros deben tener un cato de coca pero ese cato dónde está, hay que delimitar las áreas y determinar sectores de cultivo de coca (…) el gobierno debería s
ancionar con un decreto o una ley a aquellos que siembren fuera de las zonas establecidas”.Asimismo Baltazar señaló que “la imagen internacional del país está en juego por lo que el gobierno debe trabajar en contra de la estigmatización que hay sobre la coca vinculada el narcotráfico y en contra de la población boliviana”.
Legalizar el narcotráfico
El senador de Convergencia Nacional, Bernard Gutiérrez, manifestó que el presidente Evo Morales debe dejar de favorecer a los cocaleros del trópico de Cochabamba y respetar la ley que califica al Chapare como zona en transición.
“No vamos a permitir ni a los productores de coca excedentaria ni a sus grandes representantes nacionales, que vengan a convertir Bolivia en un cato donde se produce coca para el narcotráfico”, sostuvo.
Entre tanto el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Julio Salazar, emplazó a los cuestionadores a demostrar la existencia de excedentes de hoja de coca y su relación con la fabricación de estupefacientes.
“Antes iba el 100 por ciento de la coca hacia el narcotráfico, pero ahora estamos apostando lo mínimo, por lo tanto con moral decimos a los que acusan que hay excedente que demuestren en qué lugares del trópico de Cochabamba hay, porque el control social está funcionando”, concluyó.
Erbol
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